Las fobias de impulsión o fobias de impulso se basan en el miedo a hacer daño. Tienen que ver con ideas de pérdida de control que comporten daño físico o psicológico a los seres queridos o que afecten a uno mismo.

Así pues, consiste en el miedo a seguir un impulso que puede tener consecuencias muy negativas.

El individuo se protege de estas ideas intrusivas de pérdida de control con comportamientos o pensamientos (compulsiones) enfocados a mitigar la ansiedad que las ideas origen le provocan.

 

La fobia de impulsión, una variante del TOC

Muchos especialistas en salud mental consideran la fobia de impulsión como una variante de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). No obstante, esta puede presentarse también de manera independiente.

En cualquier caso, lo que la define es el miedo intenso a los propios impulsos.

¿Cómo identificarla?

Estas son las principales características clínicas que definen la fobia de impulsión:

  • Aparición invasiva de pensamientos poco racionales acerca de dejarse llevar por un impulso y perder el control.
  • El contenido de este pensamiento anticipa una agresión, que puede ir dirigida a uno mismo o a los demás.
  • El hecho de verse asaltado por estos pensamientos provoca un estado de miedo y ansiedad intenso.
  • El sujeto realiza comportamientos preventivos para evitar que la idea perturbadora original se haga realidad.

¿Qué impulsos son los más frecuentes en este tipo de fobia?

Los pensamientos más habituales de las personas con este diagnóstico son hacer daño a sus seres queridos, tirarse por el balcón, estrellar su coche, dejarse atropellar, etc.

Al intentar borrar estos pensamientos con todas sus fuerzas, la angustia se dispara.

Este trastorno se basa en una disonancia entre lo que piensa la persona y lo que quiere, de forma que la persona lucha contra sí misma por controlar sus pensamientos de una forma agotadora. Con el tiempo, suelen aparecer cuadros de ansiedad y depresión.

Cómo superar este trastorno

Para hacer frente a este problema y empezar a superarlo, debes seguir los siguientes consejos:

  • Piensa que los pensamientos e imágenes irracionales, incluso los relacionadas con dañar a los demás, son normales y relativamente frecuentes. No te debes asustar.
  • Reflexiona de dónde sale ese miedo a hacer daño. Tus pensamientos te alertan del riesgo de saltarte esos valores.
  • Analiza tu estado de ánimo y por qué te encuentras en este estado. Quizá te encuentres en una fase de agotamiento o sobrecarga.
  • Pon de tu parte para mejorar ese estado de ánimo. Sigue un estilo de vida saludable (buenos hábitos de alimentación, descanso, etc.).
  • Apóyate en tu entorno, familia y amigos. Exprésate y procura distraerte.
  • Enfréntate al problema, es la única forma de solucionarlo.
  • Pide ayuda.

Tratamiento de la fobia de impulsión

Las pautas de tratamiento para este trastorno son similares a las utilizadas para los casos de TOC. La psicoterapia debe orientarse a que la persona:

  • Entienda la causa del problema y cómo funciona.
  • Valore e identifique las soluciones ensayadas para solucionar el problema que no han tenido éxito.
  • Potencie las soluciones intentadas que mejor funcionan.
  • Comprenda cómo funciona su mente y, más en concreto, cómo se desarrolla su trastorno.
  • Se desligue de sus pensamientos. Un pensamiento no implica necesariamente una acción negativa posterior. Tampoco incrementa la probabilidad de que ocurra.
  • Recupere aspectos de su vida valiosos que ha dejado de lado por culpa de este trastorno.
  • Prevenga la recaída y consolide las estrategias psicológicas que ha aprendido.

Las estrategias cognitivo-conductuales son las que se han mostrado más efectivas para tratar la fobia de impulsión, de acuerdo con diversos estudios.

Si padeces este trastorno, lo más indicado es que lo abordes cuanto antes para librarte de él.

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