La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger explica que las personas sentimos la necesidad de que exista coherencia entre nuestras creencias, actitudes y comportamientos. Cuando esto no ocurre, nos provoca un malestar que nos lleva a resolver o reducir esa disonancia. La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger ha sido aplicada a las áreas más diversas. Por ejemplo, la motivación, la dinámica de grupos, el cambio de actitudes, la toma de decisiones, etc.
Leon Festinger (1919 – 1989) fue un psicólogo social neoyorquino, autor de Theory of Cognitive Dissonance (1957), uno de los libros más influyentes de esta disciplina.
¿Cómo se define la disonancia cognitiva?
Por disonancia cognitiva se entiende la ansiedad o incomodidad que experimenta la persona cuando sus actitudes o creencias chocan o entran en conflicto con sus actos.
En consecuencia, el individuo puede intentar modificar su conducta para evitar esa sensación displacentera y reducir la tensión. O defender sus creencias o actitudes, incluso hasta el punto de llegar al autoengaño.
¿Cómo se resuelve el malestar emocional que provoca la disonancia cognitiva?
El impulso que sentimos de resolver la molestia y restablecer la armonía ha sido denominado “principio de consistencia cognitiva”.
Para reducir la tensión, existen varias posibilidades:
- La persona puede modificar su conducta.
- Alterar el ambiente, sus pensamientos o modificar sus creencias.
- Reformular los argumentos o ideas previas para que creencias y actos puedan encajar mejor con sus conductas.
El autoengaño y la disonancia cognitiva
Hay ocasiones en los que la mente humana soluciona la disonancia cognitiva asumiendo una mentira como si fuera verdad. Es decir, que la persona acaba autoengañándose, creyéndose su propia mentira para mitigar el malestar emocional que provoca la disonancia.
Festinger y sus colaboradores demostraron con diferentes estudios este fenómeno, y comprobaron que, si no existe ninguna causa externa capaz de justificar el comportamiento disonante, el camino más fácil es cambiar creencias y actitudes para que estén en armonía con la conducta.
La disonancia cognitiva como mecanismo adaptativo
Con un sentido constructivo, las terapias psicológicas actuales utilizan la disonancia cognitiva en favor del crecimiento personal.
Con frecuencia, se emplea para ayudar al paciente a cambiar sus actitudes y conductas negativas, que le motiven para la superación de la incomodidad emocional.
Puede contribuir a sustituir pensamientos automáticos y contraproducentes por otros más razonables y lógicos, que nos sirvan para sentirnos mejor. También a detectar los autoengaños para tener mayor flexibilidad mental.
Ejemplos de disonancia cognitiva
- Un ejemplo clásico es el de los fumadores, que siguen haciéndolo a pesar de toda la información que tenemos acerca de los efectos perjudiciales en nuestra salud que causa el tabaco. Muchas personas resuelven esta disonancia quitándole importancia a estos mensajes o evitándolos, afirmando que no tiene por qué ser tan nocivo, etc.
- En muchos casos de personas infieles que han presumido de no serlo o en parejas que tienen principios morales estrictos al respecto, también se produce la disonancia cognitiva. En este caso, la conducta no se puede cambiar, por lo que la justificación para reducir el sufrimiento puede ser echar la culpa a la pareja introduciendo nueva información e incluso optar por la separación.
La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger: Conclusiones
La teoría de la disonancia cognitiva de Festinger nos ofrece una lente poderosa para entender el comportamiento humano. Este fenómeno, lejos de ser una mera fuente de malestar, puede actuar como motor de cambio, empujándonos a reflexionar sobre nuestras creencias y conductas. Aunque puede conducir al autoengaño como un alivio temporal, su uso constructivo en terapia fomenta el crecimiento personal y la flexibilidad mental. Aplicada a escenarios tan diversos como la toma de decisiones o el cambio de actitudes, esta teoría revela la complejidad y adaptabilidad de nuestra psique, destacando nuestra búsqueda innata de consistencia y equilibrio emocional.
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Autor: Psicólogo José Álvarez