Es una idea más que asumida que los extremos se tocan. Es un lugar común que se utiliza sobre todo para referirse a las ideologías políticas.
Lejos de ser una ocurrencia que ha tenido fortuna y se ha propagado, existe una teoría detrás de esta afirmación con una trabajada fundamentación. Esto es lo que se conoce como Teoría de la herradura.
No obstante, como veremos a lo largo del artículo, es una teoría que ha recibido numerosas críticas y refutaciones, como tantas otras, pero que hay que tener en cuenta.
¿Qué sostiene la Teoría de la herradura?
Esta teoría pertenece a la ciencia política, pero también es de dominio popular. Sostiene, como una paradoja, que cuanto más se alejan del centro dos posturas contrapuestas más cosas empiezan a compartir.
Al parecer, este símil ya se utilizó en Alemania en tiempos de la República de Weimar (1918-1933) para referirse a posiciones políticas radicales, extremas e ideológicamente contrarias. Más recientemente, el escritor y filósofo francés Jean-Pierre Faye ha tratado esta teoría en alguna de sus obras. También ha sido utilizada desde el campo de la sociología por diferentes autores para explicar las similitudes entre posturas políticas radicalmente opuestas.
La teoría se sirve como símbolo de una herradura de caballo que sitúa el centro ideológico en el centro de la herradura y las posiciones de derecha e izquierda en cada uno de sus lados, para representar que, cuanto más se polariza y radicaliza el pensamiento, más se acercan los dos opuestos. Las dos puntas representarían la extrema derecha y la extrema izquierda. Conforme más se tuerce el hierro de la herradura las puntas se acercan cada vez más y hasta pueden llegar a tocarse.
Actualmente, importantes politólogos se han referido a esta teoría debido al auge de movimientos populistas, de ultraderecha y de extrema izquierda, surgidos a partir de la crisis financiera de 2008. Algunos teóricos señalan que ambos comparten aspectos clave en sus respectivos idearios, como el proteccionismo económico, la oposición al liberalismo, a la globalización, etc.
Críticas a esta teoría y otros modelos alternativos
A pesar del arraigo y del calado popular de esta teoría, muchos autores no están de acuerdo con la curva de la herradura que aproxima los extremos. Entre esos teóricos, Simón Choat, profesor de la Universidad de Kingston pone de relieve que esas semejanzas entre los dos lados son generalidades superficiales sin un sustento sólido.
Profundizando en la cuestión, afirma que a pesar de un aparente acuerdo en determinados temas las motivaciones son muy distintas. Por ejemplo, el rechazo al neoliberalismo parte de identificaciones con las élites neoliberales absolutamente diferentes en ambos casos. Lo mismo ocurre con la oposición que muestran ambos grupos a la globalización. Mientras la extrema derecha apela a la defensa de la identidad nacional y la tradición, la extrema izquierda fundamenta su postura en relación con la desigualdad económica que genera.
Un modelo alternativo que proponen otros autores es el de la brújula política, algo más complejo. En este modelo los individuos o grupos se sitúan en dos ejes de coordenadas dentro de un cuadrante. En contraposición a la teoría de la herradura, no se observan aproximaciones entre los extremos ideológicos, sí en los grupos más moderados que se sitúan en las posiciones centrales del cuadrante. Según este modelo, las posiciones radicales se alejan y no se acercan.
En suma, son diferentes formas de interpretar determinados aspectos de la ciencia política. Conocer estas teorías sirve para entender mejor cómo funcionan los posicionamientos ideológicos que guardan relación directa con el pensamiento humano.