La relación entre el trauma y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) ha sido objeto de creciente atención en la investigación psicológica, dados los elevados índices de comorbilidad entre ambas condiciones. Mientras que la prevalencia de síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) en la población general oscila entre un 3% y un 8%, en personas con TCA alcanza cifras de entre el 9% y el 24%. Este vínculo resalta la importancia de considerar cómo los eventos traumáticos pueden influir en el desarrollo, mantenimiento y severidad de los TCA.
Entre los síntomas más destacados en los TCA se encuentran los comportamientos compensatorios inapropiados (CCI), definidos como estrategias para compensar los episodios de ingesta compulsiva o para mantener un control rígido sobre el peso corporal. Estos incluyen purgas, restricción alimentaria severa y ejercicio excesivo. Sin embargo, las conexiones entre los CCI y los síntomas relacionados con el trauma son complejas y, en muchos casos, específicas de cada tipo de comportamiento. Este artículo explora en profundidad esta relación, centrándose en el impacto de factores como el neuroticismo y la regulación emocional.
Trauma y Trastornos de la Conducta Alimentaria: ¿Qué Dice la Ciencia?
El trauma psicológico puede derivar de eventos como abusos físicos, emocionales o sexuales, accidentes graves, desastres naturales o pérdidas significativas. En el contexto de los TCA, la exposición a traumas es un factor de riesgo bien documentado, especialmente en lo que respecta a los comportamientos compensatorios. A continuación, desglosamos las principales evidencias científicas que relacionan los distintos tipos de CCI con el trauma.
1. La Purga: Un Mecanismo de Afrontamiento Maladaptativo
Entre los comportamientos compensatorios, la purga (vómitos autoinducidos, uso de laxantes, diuréticos o enemas) ha sido ampliamente estudiada. Estudios longitudinales y transversales han mostrado que las personas que han sufrido traumas sexuales presentan hasta un 90% más de probabilidades de recurrir a la purga. Este comportamiento parece funcionar como una estrategia de regulación emocional para aliviar temporalmente el malestar asociado al trauma.
Por ejemplo, investigaciones como las de Vidana et al. (2020) revelan que las personas que han experimentado traumas tanto en la infancia como en la adultez tienen niveles más altos de conductas de purga, en comparación con quienes han sufrido traumas en una sola etapa de la vida o no han sufrido ninguno. Esto sugiere que la acumulación o la repetición de experiencias traumáticas puede incrementar la probabilidad de desarrollar comportamientos compensatorios extremos.
2. Restricción Alimentaria: La Relación con el Trauma y la Autoimagen
La restricción alimentaria, aunque menos estudiada, también ha mostrado asociaciones significativas con el trauma. Un estudio reciente identificó que los síntomas de TEPT aumentan en un 17% las probabilidades de que las personas omitan comidas como estrategia para controlar el peso. Estos datos indican que la restricción no solo responde a preocupaciones sobre la autoimagen, sino que también podría ser un intento de manejar el malestar emocional o psicológico derivado de experiencias traumáticas.
Nelson et al. (2022) encontraron que, en una red de síntomas relacionados con los TCA y el TEPT, la restricción alimentaria estaba más estrechamente vinculada a síntomas como las intrusiones traumáticas y la hiperactivación emocional, lo que refuerza la idea de que el trauma subyace en muchos de estos comportamientos.
3. Ejercicio Excesivo: Beneficios y Peligros
El ejercicio excesivo representa un tercer tipo de CCI cuyo vínculo con el trauma es más ambiguo. Mientras que el ejercicio moderado y regular se asocia con una reducción de los síntomas de TEPT, como la evitación y la hiperactivación, el ejercicio compulsivo o patológico no parece estar tan relacionado con el trauma. Esto plantea preguntas importantes sobre los factores que diferencian el ejercicio saludable del dañino en este contexto. Algunos investigadores han sugerido que el ejercicio excesivo podría ser funcionalmente similar a las purgas, ya que ambos actúan como estrategias de afrontamiento disfuncionales para reducir el estrés emocional.
El Neuroticismo como Moderador: Una Hipótesis Cuestionada
El neuroticismo, un rasgo de personalidad caracterizado por la sensibilidad emocional y la tendencia a experimentar emociones negativas como ansiedad y tristeza, ha sido propuesto como un posible moderador de la relación entre el trauma y los TCA. Sin embargo, un estudio reciente encontró que, aunque el neuroticismo está relacionado con ciertos comportamientos específicos, como el ejercicio excesivo, no modera significativamente la conexión entre el trauma y otros CCI como la purga o la restricción.
En este contexto, el neuroticismo puede influir en cómo las personas perciben y reaccionan a los eventos traumáticos, lo que, a su vez, podría determinar sus estrategias de afrontamiento. Por ejemplo, individuos con altos niveles de neuroticismo tienden a tener dificultades para regular sus emociones, lo que podría aumentar su dependencia de comportamientos disfuncionales. No obstante, los resultados contradictorios sugieren que otros factores, como la regulación emocional o las creencias sobre el cuerpo y el peso, podrían desempeñar un papel más importante.
Implicaciones Clínicas y Terapéuticas
La intersección entre el trauma y los TCA tiene implicaciones importantes para el tratamiento. Comprender que los CCI pueden ser estrategias de afrontamiento para lidiar con el trauma ofrece oportunidades para intervenciones más efectivas y personalizadas.
- Evaluación Integral: Los profesionales deben evaluar sistemáticamente los antecedentes de trauma en pacientes con TCA, así como indagar sobre posibles comportamientos compensatorios relacionados con el mismo.
- Terapias Basadas en la Regulación Emocional: La terapia dialéctico-conductual (DBT) y la terapia de aceptación y compromiso (ACT) pueden ser útiles para enseñar estrategias adaptativas de regulación emocional en personas que utilizan CCI como mecanismo de afrontamiento.
- Intervenciones Integradas: Programas terapéuticos que aborden tanto los síntomas de TEPT como los TCA podrían ofrecer mayores tasas de éxito.
- Ejercicio Saludable: Fomentar niveles saludables de actividad física como parte del tratamiento puede ayudar a reducir los síntomas de TEPT y mejorar la autoimagen.
Direcciones Futuras en la Investigación
Aunque se han logrado avances significativos en la comprensión de la relación entre el trauma y los TCA, aún quedan muchas preguntas sin resolver. Las futuras investigaciones deberían centrarse en:
- Explorar otros posibles moderadores, como la alexitimia, las creencias disfuncionales y el afrontamiento evitativo.
- Diseñar estudios longitudinales que permitan comprender la dirección causal entre el trauma y los CCI.
- Examinar muestras más diversas en términos de género, etnicidad y tipos de trauma para garantizar que los hallazgos sean generalizables.
Conclusión
La relación entre el trauma y los TCA es compleja, multifacética y profundamente influenciada por factores emocionales, psicológicos y sociales. Los comportamientos compensatorios como la purga, la restricción alimentaria y el ejercicio excesivo no solo son síntomas de los TCA, sino también intentos de afrontar el dolor emocional derivado del trauma. Reconocer y abordar esta conexión es esencial para desarrollar tratamientos más efectivos y holísticos que promuevan una recuperación completa y sostenible.