La universidad del País Vasco llevó a cabo un estudio en el año 2012 con el mismo título que lleva este artículo y que hemos tomado prestado. El estudio partía de la hipótesis de que el componente emocional está directamente relacionado con la violencia dentro de la pareja. Trataba de demostrar la relación de esta con las variables de estilo de apego, empatía y autoestima del agresor.

El estudio se llevó a cabo con una muestra de presos agresores de pareja y un grupo de control, mediante tres cuestionarios específicos para cada una de las citadas variables.

 

Estudios previos en la literatura psicológica

Los agresores de pareja, en comparación con sujetos no violentos, se han caracterizado como personas con un estilo de apego inseguro, inestabilidad emocional y alta ansiedad ante la posibilidad de abandono de su pareja. Aparte de la fragilidad ante esas situaciones de abandono, el apego inseguro se ha relacionado también con la necesidad de dominar la relación íntima.

En concreto, hay numerosos estudios que relacionan el apego ansioso con la agresión de pareja.

La variable emocional de la empatía también podría tener un peso decisivo en la conducta violenta. Un déficit de empatía se ha considerado facilitador de las conductas agresivas.

Por otro lado, una baja autoestima se ha relacionado con una mayor frecuencia y gravedad de comportamientos violentos. Sin embargo, la relación entre autoestima y violencia no está clara, ya que tanto una baja como una alta autoestima pueden relacionarse, al menos desde un punto de vista teórico, con la conducta violenta.

Propósito del estudio

El estudio de la Universidad del País Vasco quiso demostrar dos hipótesis de partida:

  • Que los agresores tienen un estilo afectivo diferente al grupo de control que se caracteriza por una menor empatía, una baja autoestima y un estilo de apego inseguro o ansioso.
  • Que en el grupo de los agresores es posible establecer subgrupos con distintos perfiles afectivos, unos más próximos al grupo de control y otros más patológicos.

Como hemos comentado previamente, se utilizaron tres herramientas:

  • Cuestionario de Apego Adulto (CAA) de Melero y Cantero.
  • Índice de Reactividad Interpersonal (IRI) (Empatía) de Davis.
  • Escala de Autoestima (EA) de Rosenberg

Conclusiones

Los resultados obtenidos por el estudio no permitieron confirmar las hipótesis de partida. Las diferencias encontradas en el grupo de agresores respecto al grupo de control no fueron las esperadas.

Respecto al estilo de apego no se confirmaron las premisas planteadas, aunque tampoco existen estudios previos que hayan utilizado el Cuestionario de Apego Adulto con maltratadores de pareja, por lo que no es posible establecer comparaciones.

En cuanto a la relación entre la baja autoestima y la agresión de pareja, los resultados apuntan en sentido contrario a la hipótesis. Las puntuaciones obtenidas por los participantes entran dentro de un rango medio-alto.

Tampoco se encontraron diferencias significativas dentro de la variable empatía. Por lo que cabe concluir que la empatía no es un rasgo estable y que depende del contexto o de la víctima.

En conclusión, los resultados obtenidos no permitieron apoyar el uso de estas variables en los programas de tratamiento, aunque dejaron el camino abierto para seguir investigando en el futuro y encontrar las claves que nos ayuden a comprender la relación entre los factores afectivos estudiados y la agresión dentro de la relación de pareja.

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