La rueda de valores es una herramienta de coaching con la que puedes identificar fácilmente los valores más poderosos dentro de ti mismo. Te ayuda a conectar con tus prioridades, para poder abrirte a nuevas perspectivas, para reconducir tu camino profesional o encarrilarte hacia tu empleo ideal.

Funciona de forma parecida a la rueda de la vida, otro instrumento de coaching que permite visualizar de forma gráfica las facetas más problemáticas de tu vida para conseguir mejorarlas.

Así pues, la rueda de valores ayuda a validar o confirmar lo que queremos en nuestra vida profesional, cuando hasta entonces solo lo intuíamos.

La rueda de valores, un ejercicio de autoconocimiento con el que lograr un objetivo

La rueda de valores es un ejercicio de autoconocimiento que permite sacar a la luz las mejores capacidades, la mejor motivación para trabajar el objetivo que se haya propuesto la persona. Permite definir con absoluta claridad el propósito profesional e impulsar un cambio.

Mientras la rueda de la vida se refiere a aspectos generales de la vida, la rueda de valores está más orientada a los valores de la persona relacionados con el mundo laboral. Siempre está enfocada hacia un objetivo.

Ambas herramientas son complementarias: si se consigue equilibrar la rueda de valores y la rueda de la vida (escala de valores personales y vida profesional), la persona se encuentra más cerca del equilibrio personal.

¿Cómo se hace la rueda de valores?

La metodología de la rueda de valores es sencilla. La persona tiene que dibujar un gráfico en forma de círculo y distribuir en este una serie de valores que para ella sean fundamentales, hasta completarlo.

El diagrama debe tener en cuenta la etapa en la que uno se encuentra, considerar la edad, momento de la carrera profesional (no se suelen tener las mismas aspiraciones siendo un aprendiz que un profesional experto, por ejemplo), estado actual, etc.

El círculo debe incluir las prioridades que la persona establece: mejor salario, más tiempo libre, conciliación trabajo/familia, autorrealización personal, proyección, carrera internacional, salud, etc. En cuanto se hayan identificado, la persona debe asignarle un valor a cada una de estas facetas.

Una vez queda definido el gráfico, el resultado es la representación de la orientación de prioridades, que permite trazar una estrategia de empleabilidad u otro objetivo.

Identificados los aspectos que para la persona son más importantes y los que tenemos más descuidados, el trabajo de autoconocimiento personal continúa con los siguientes puntos:

  • Ten muy claro cuál es tu estado actual y el de tu entorno para la toma de decisiones más inteligentes.
  • Toma las decisiones con la determinación que te permita encaminarte hacia tu objetivo.
  • Comprométete con tus objetivos y valores para conseguir ese cambio personal o laboral.
  • Es fundamental que sepas adaptarte a los cambios para que los resultados sean duraderos.

Este ejercicio de coaching permite valorar con nitidez los elementos más importantes ante un cambio profesional y cuál es el peso que otorgamos a cada uno de los valores que rigen nuestras aspiraciones.

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