El estilo de apego que los padres desarrollan en la relación con sus hijos puede estar relacionado con la ansiedad infantil. Además de la predisposición genética, el vínculo emocional que el niño establece con sus principales cuidadores en sus primeros años de vida es una de las causas más influyentes en el desarrollo de la personalidad.

Los niños que establecen un estilo de apego seguro tienen más autoconfianza y mejor salud emocional. Sin embargo, el apego inseguro se caracteriza por la transmisión del miedo, la inestabilidad emocional y la ansiedad.

¿Qué estilo de apego causa ansiedad infantil?

Cuando el apego entre ambas partes no se establece adecuadamente, hablamos de apego inseguro. Este tipo de apego puede ser el causante de trastornos de ansiedad infantil. De hecho, la investigación científica ha encontrado una relación directa entre ambos factores.

En cuanto se construye un tipo de apego inseguro se produce una alteración que predispone al menor hacia los problemas emocionales y el carácter ansioso crónico.

Un tipo de apego emocional imprevisible, con falta de regulación emocional, que no se ajusta a ningún patrón, caracterizado por ausencias y falta de atención, en combinación con muestras de afecto y atención esporádicas, educa en un estilo de apego ansioso ambivalente.

El niño no ve satisfechas sus necesidades, considera que tiene que reclamar atención y se muestra ansioso ante casi cualquier experiencia. Este estilo de apego genera niños preocupados y de alta demanda.

Estudios sobre el estilo de apego de los padres y el desarrollo de trastornos de ansiedad en la infancia

De acuerdo con las conclusiones de uno de los estudios más importantes, desarrollado por Brumariu, Obsuth & Lyons-Ruth en 2013, los tipos de apego inseguro que se forjan durante los primeros años son percibidos por el niño como una falta de atención que origina un estado ansioso, y que va creciendo progresivamente durante la infancia y la adolescencia.

Newman, Shin y Zuellig (2016) sostienen que la negligencia emocional con la que los padres tratan a sus hijos provoca una angustia no resuelta que cristaliza en un apego inseguro y predice los trastornos de ansiedad en la infancia y su prevalencia en la etapa adulta.  

Por su parte, otros investigadores reconocen la relación entre el tipo de apego y la ansiedad infantil, pero le atribuyen una conexión más indirecta. Estos estudios recalcan que no es la única variable implicada en el desarrollo de una psicopatología ansiosa, que existen otros factores de riesgo (como la genética o el rechazo de los padres) (Brumariu & Kerns, 2001; Brown & Whiteside, 2008; Colonnesi, et al 2011).

Otro estudio que vale la pena reseñar es el desarrollado por Karreman, Bachrach, Robeers & Bekker en 2018. Estos autores no encontraron correlación entre el apego y los trastornos de ansiedad, por lo que no consideran determinante el vínculo con los padres para el desarrollo de ansiedad infantil.

Al mismo tiempo, las estrategias de los niños para manejar esa ansiedad también pueden determinar su estilo de apego adulto.

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