El estrés y la ansiedad son dos fenómenos íntimamente ligados, que tienden a confundirse. A lo largo de este artículo vamos a tratar las principales diferencias que existen entre ambos.

Las respuestas de estrés y de ansiedad pueden ser saludables y favorecer la adaptación. Sin embargo, si se producen con demasiada frecuencia o intensidad pueden provocar graves problemas de salud físicos y psicológicos.

Vamos a empezar definiendo ambos conceptos:

 

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad se define como aquella respuesta que hace que nuestro organismo se active y ponga en marcha mecanismos de defensa ante una circunstancia concreta.

Frente a determinadas situaciones, se genera una respuesta emocional que variará en función del estímulo causante de la ansiedad. Esta puede incluir sentimientos de miedo, inquietud, nerviosismo, intranquilidad…

Su sintomatología puede ser de carácter psicológico, cognitivo, conductual y social.

¿Qué es el estrés?

El estrés se produce cuando la persona no tiene la capacidad adaptativa necesaria para ajustarse a determinadas situaciones, se ve sobrepasada por las circunstancias y es entonces cuando se desencadenan respuestas de estrés, que pueden ser de tipo emocional, cognitivo y conductual. Suele producirse a causa de factores externos.

¿Cómo diferenciar la ansiedad y el estrés?

  • Por su origen: mientras que el estrés tiene un origen claro e identificable, el de la ansiedad resulta más difuso. En el caso de la ansiedad la persona puede experimentar sensaciones de miedo o amenaza, pero no es necesario que exista un evento objetivo para que se desencadene.
  • Por los factores desencadenantes: en el caso del estrés, estos factores son externos, mientras que en el caso de la ansiedad son más internos, relacionados con nuestra parcela cognitiva, pensamientos y sensaciones. Existe un miedo de carácter subjetivo.
  • Por las emociones que presentan: en el estrés, la emoción que predomina no es el miedo, sino la preocupación que genera el estímulo desencadenante. Dicha preocupación puede llevar a desarrollar conductas de irritabilidad, sentimientos de tristeza y de frustración por no poder superar una circunstancia concreta.
    Sin embargo, en la ansiedad la emoción protagonista es el miedo a algo negativo que pueda suceder. Esto lleva a la anticipación de situaciones negativas o catastrofistas.
  • Por el momento de aparición: el estrés se localiza en el presente, el tiempo se hace eterno mientras la persona busca una alternativa para poder afrontarlo. Por su parte, en el caso de la ansiedad se sitúa en el futuro, como una anticipación de lo que puede ocurrir.
  • Por la duración: el estrés, puesto que está relacionado con factores exógenos, desparece cuando el estímulo estresante finaliza o se consigue superar. En cuanto a la duración de la ansiedad, es más compleja, dado que también pueden participar pensamientos irracionales o preocupaciones innecesarias que la persona ha desarrollado alrededor de una idea. La ansiedad continuar cuando el estrés ya ha desaparecido.
  • En cuanto a la remisión de los síntomas: en el estrés, cuando el estímulo estresante desparece los síntomas remiten y la persona regresa a su estado habitual. En cambio, la ansiedad tiende a prolongarse en el tiempo y la remisión depende de la reconstrucción de la realidad que haga el sujeto.
  • En cuanto a su intensidad objetiva: en el estrés la intensidad se corresponde con la importancia que tenga el factor desencadenante, mientras que en el caso de la ansiedad es más irracional, más subjetiva.
  • La ansiedad es una manifestación del estrés: es una respuesta emocional o un síntoma de este.
  • Por su severidad: la ansiedad es una patología más grave y su severidad es mayor, ya que puede originar trastornos psicológicos de mayor alcance como ataques de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, trastornos fóbicos, etc. La severidad del estrés es más baja, aunque puede influir en originar o agravar algunas enfermedades orgánicas.
  • Tratamiento: requieren tratamientos muy diferenciados. Si el estrés se prolonga en el tiempo, el tratamiento psicoterapéutico puede consistir en el desarrollo de estrategias para afrontar el estrés. Por su parte, el tratamiento de la ansiedad puede llegar a requerir tratamiento psicológico y/o farmacológico combinado.

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