Seguro que te has planteado alguna vez romper con el piloto automático. Sin embargo, van pasando los días y la rutina te absorbe otra vez. Lo cierto es que las personas asumimos con normalidad la ritualización de nuestra vida cotidiana, sin apenas pensarlo.

 

El peligro de vivir con el piloto automático puesto todo el tiempo

Nuestro cerebro economiza recursos automatizando distintos hábitos y acciones: ponerte los zapatos, cerrar la puerta con llave, andar, conducir... Esto, que también se conoce como “memoria procedimental” es útil para nuestra supervivencia, evita la sobrecarga de nuestro cerebro. De lo contrario todo supondría mucho más esfuerzo.

Sin embargo, más allá de estas tareas automáticas, existe un peligro evidente si caemos en la automatización de nuestra vida en general, en nuestras actividades y también de nuestras relaciones. Una persona no es un robot. Si tu día a día transcurre siempre igual, haciendo las mismas cosas sin apenas variación, ¿no se te estará escapando la vida mientras te entregas a esa rutina?

Si el piloto automático controla tu vida, reaccionas de manera mecánica, ni siquiera te paras a observar, entender y gestionar tus emociones. El piloto automático adormece la consciencia necesaria entre el estímulo y la respuesta, solo provoca una reacción. De esta forma nos convertimos en personas poco flexibles, cerradas a la experiencia y con una actividad emocional de baja intensidad.

Cuando esto ocurre, cuando se ha perdido tanta frescura y espontaneidad, tu salud mental puede verse resentida. El equilibrio emocional está roto, todo puede parecer carente de sentido. Es entonces cuando aparecen problemas como el sentimiento de vacío, la ansiedad, el estrés, la depresión, la pérdida de interés por explorar nuevos caminos, insatisfacción, etc.

El piloto automático, una causa importante de problemas de pareja

Además, ese estado de piloto automático nos lleva a descuidar aquello que es realmente importante. Las personas, absorbidas por la rutina, no viven el momento. Relegan a un segundo plano incluso a sus seres queridos. Esta es una de las causas más frecuentes de problemas con la pareja.

Cuando ritualizamos la vida en pareja, dejamos de cultivarla día a día, abandonamos la improvisación y la sorpresa, ponemos en peligro la relación.

Aprende a apagar el piloto automático cuando te perjudica

Hemos visto que hay actividades rutinarias que requieren de una actividad de piloto automático, por pura economía de recursos cognitivos. Esto nos beneficia. Por ejemplo, hay tareas sobre las que tenemos un enorme control que podemos asumir de una forma desatendida, pero esta forma de abordarlas no sirve para el resto de nuestra vida.

Por eso es tan importante aprender a romper con el piloto automático. Encontrar el equilibrio para poderlo encender cuando nos beneficia y poder prescindir de este cuando nos perjudica.

Desarrolla la atención plena para romper con el piloto automático

La atención plena, conocida también como Mindfulness, consiste en llevar a cabo la experiencia presente con una consciencia total. Ser consciente de la acción, poner todos tus sentidos en ella.

Entrenando esta capacidad podemos trasladarla a los momentos de la vida que queramos y también decidir cuándo o en qué situaciones queremos hacerlo. De esta forma, relegarás el piloto automático a aquellas situaciones en las que sea realmente útil y necesario.  Aprenderás cómo regular tu atención en función de tus necesidades. El piloto automático ya no controlará tu vida y será una herramienta a tu servicio.

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