Los asesinos en serie son un fenómeno que ha desconcertado a la sociedad y a los expertos en criminología durante décadas. Dentro de esta categoría, existen casos aún más perturbadores, los asesinos en serie sádicos, cuya motivación y comportamiento despiertan un interés enfermizo en la mente humana.

1. El asesino del río Green

John Wayne Gacy, conocido como el Asesino del Río Green, fue un asesino en serie estadounidense que violó y asesinó a al menos 33 jóvenes entre 1972 y 1978. Gacy solía disfrazarse como "Pogo el Payaso" para atraer a sus víctimas, lo que le otorgó el apodo de "el Payaso Asesino".

Patrones macabros

Gacy era un sádico que disfrutaba del sufrimiento de sus víctimas. Les infligía torturas y violaciones antes de acabar con sus vidas, y luego enterraba sus cuerpos en el sótano de su casa o los arrojaba en el río Green. Este caso es un ejemplo claro de la complejidad de la psicopatía y la crueldad de ciertos individuos.

2. La viuda negra de la selva

Juana Barraza, también conocida como "La Mataviejitas" o "La Viuda Negra", es una asesina en serie mexicana que asesinó a más de una docena de mujeres de la tercera edad entre 1998 y 2006. Barraza solía estrangular a sus víctimas con una cadena y luego robarles sus pertenencias.

Devoradora de almas

Barraza era una mujer violenta y sádica que encontraba placer en la muerte y el sufrimiento de las personas mayores. Su historia pone de manifiesto la complejidad de las motivaciones detrás de los asesinatos en serie, y cómo el sadismo puede manifestarse de formas inimaginables en la mente criminal.

3. El carnicero de Milwaukee

Jeffrey Dahmer, apodado "El Carnicero de Milwaukee", fue un infame asesino en serie estadounidense que asesinó y desmembró a 17 hombres y niños entre 1978 y 1991. Dahmer llevaba a cabo actos de necrofilia y canibalismo con los cuerpos de sus víctimas.

La mente retorcida

Dahmer era un sádico con inclinaciones sexuales extremadamente perturbadoras. Su fascinación por la muerte y el control sobre sus víctimas lo llevó a cometer actos atroces que desafían la comprensión humana. El caso de Dahmer ilustra la profundidad de la depravación a la que pueden llegar ciertos asesinos en serie sádicos.

4. El verdugo de Rostov

Andrei Chikatilo, conocido como el Verdugo de Rostov, fue un asesino en serie soviético que cometió al menos 52 asesinatos entre 1978 y 1990, en su mayoría de mujeres y niños. Chikatilo mutilaba y mutilaba los cuerpos de sus víctimas, en un acto de perversión y sadismo sin límites.

La sombra de la muerte

Chikatilo era un depredador sádico cuyo único objetivo era causar dolor y angustia a sus víctimas. Su comportamiento anormal y perturbador dejó una estela de horror en toda la región de Rostov, y su legado sigue siendo uno de los más escalofriantes dentro de la historia de los asesinos en serie en Rusia.