El día a día está lleno de actividades diversas, tensiones y sensaciones agridulces. Para recuperarnos de todo este trajín físico y emocional necesitamos descansar. El sueño es nuestro gran aliado para conseguirlo. Pero para cumplir su función con toda su plenitud debe ser reparador.
La falta de horas de sueño o el sueño intranquilo constante puede tener consecuencias negativas para el estado físico y emocional de la persona, que pueden resultar especialmente graves. No obstante, la relación es bidireccional: el estado anímico, el bienestar emocional también influye en la calidad de nuestro sueño.
Las emociones negativas pueden causar insomnio que, de volverse crónico, puede desencadenar diferentes problemas físicos y psicológicos.
La influencia de nuestras emociones en la calidad del sueño
Las emociones son, a menudo, la causa de la falta de sueño o de un descanso defectuoso. Veamos a continuación cuáles son los factores emocionales principales que perjudican nuestro descanso.
Estrés
En términos moderados el estrés es normal. Cuando resulta demasiado acusado genera una sobreproducción de adrenalina y cortisol. Si se prolonga en el tiempo y llega a hacerse crónico, se produce un estado de alerta permanente que lleva al insomnio como consecuencia directa.
Los pensamientos se agolpan en el cerebro y dificultan conciliar el sueño.
Estado de ánimo
La liberación de determinados neurotransmisores (sustancias químicas encargadas de transmitir impulsos nerviosos en la sinapsis entre neuronas) puede ser la causa de un aumento de energía o de variaciones en los niveles de alerta que, a su vez, pueden afectar al sueño. Por este motivo se recomienda mantener un estado de ánimo saludable que predomine la mayor parte del tiempo.
Emociones perturbadoras
Están relacionadas con el punto anterior, ya que para mantener un buen estado de ánimo es preciso saber manejar esas emociones negativas. Pensar en positivo y tener confianza en tu capacidad para resolver los problemas es el mejor antídoto contra la falta de sueño.
No siempre es fácil, por lo que contar con ayuda terapéutica puede solucionar tus problemas de sueño.
Algunos síntomas de que tu estado emocional está afectando a tu sueño
Rumiaciones en torno a pensamientos negativos
Esta actividad conforme se va acercando la noche provoca un malestar creciente que termina por desbordarse. Si estos pensamientos te dominan antes de ir a dormir, te generarán ansiedad y repercutirán de forma negativa en tu sueño. A todo el mundo puede ocurrirle alguna vez, e incluso atravesar una mala racha que impida conciliar el sueño con normalidad. El problema es cuando esta situación se produce de continuo.
Episodios de vigilia durante la noche
Tu estado emocional no solo repercute en la cantidad de horas de sueño, sino también su calidad puede verse gravemente afectada. Debido a un estado de ánimo negativo puede ocurrir que te despiertes constantemente y que tengas un sueño fragmentado que no resulta reparador. A la larga, esto puede ser muy nocivo.
Pesadillas
Los pensamientos negativos y un mal estado emocional pueden ser causantes de pesadillas y malos sueños que malogran tu descanso y te privan del sueño.
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