Hoy en día, muchas personas vivimos pendientes de los “likes” y de las actualizaciones de las redes sociales, compartiendo pensamientos, noticias, chistes, imágenes y vídeos a través de nuestros distintos perfiles. Instagram, TikTok, Facebook… son escenarios virtuales donde se desarrolla de forma activa nuestra vida social. Muchas veces, con ejercicios de puro exhibicionismo digital.
Aunque son plataformas que han demostrado su utilidad, no es menos cierto que han llegado a modificar de forma radical nuestros hábitos y que pueden influir en el desarrollo de trastornos psicológicos, sobre todo si pensamos en el público adolescente.
Redes sociales y adolescentes: cómo es esta relación
Los adolescentes suelen ser personas inmaduras, con su desarrollo emocional en proceso. Por ello, es muy común que busquen la atención y la aprobación de sus iguales a través de las plataformas sociales.
Precisamente, los adolescentes y jóvenes son las personas que más utilizan las redes sociales para entretenerse y expresarse. De acuerdo con un estudio reciente, entre los 12 y los 17 años las personas pasan más tiempo conectadas a sus dispositivos móviles que en clase.
Se calcula que los adolescentes pueden pasar hasta 8 o 9 horas diarias online, de las cuales al menos 3 las dedican a las redes sociales. Por ello, se observa que es un público especialmente vulnerable a las alteraciones psicológicas derivadas de su mal uso.
Efectos de una mala utilización de las redes sociales en adolescentes
Aclaremos antes de seguir que el uso de las redes sociales no tiene por qué producir, necesariamente, efectos psicológicos nocivos. Esto dependerá del uso que la persona haga de ellas y de su propia estabilidad emocional. A continuación, repasamos algunos de los peligros más claros derivados de ese mal uso:
Presión de grupo
Si no utiliza determinada red social, el adolescente puede llegar a sentirse excluido. Siente que es necesario formar parte de ella para saber “lo que se cuece”. Su grupo de referencia puede ejercer una gran presión, ya que no estar significa perderse lo que hacen los demás.
Hasta cierto punto puede ser un fenómeno normal, pero este tipo de presión puede generar trastornos relacionados con una autoestima baja, ya que el adolescente puede sentirse marginado u obligado a actuar de manera impostada para tener una apariencia adecuada en cualquier medio digital.
Aislamiento social
El adolescente puede interiorizar la idea de que las relaciones que tiene a través de las redes sociales pueden reemplazar a las que se producen en persona.
También puede ocurrir que una persona con pocas habilidades sociales se refugie en estas plataformas en lugar de salir al mundo exterior y tratar de relacionarse.
Consecuencias psicológicas del cyberbullying
El cyberbullying es el acoso virtual, una moderna y potente forma de violencia psicológica que se produce a través de las nuevas tecnologías. Tengamos en cuenta que en las redes sociales pueden coordinarse un montón de perfiles para ejercer ese acoso contra un solo usuario.
Esta discriminación puede tener consecuencias terribles para la persona. Además, al producirse online, resulta más difícil de detectar por los adultos.
Baja autoestima
Las redes sociales están llenas de imágenes de modelos, muchas veces retocadas o pasadas por filtros, o de influencers que exhiben sus cuerpos. Esto puede influir sobre la autoestima de chicas y chicos en un momento de su vida en el que son más vulnerables emocionalmente. Sobre todo, las chicas pueden desarrollar complejos respecto a su cuerpo, con el peligro de que acaben derivando en trastornos de la conducta alimentaria.
Además, existen determinadas comunidades de usuarios en redes sociales que elogian comportamientos relacionados con la anorexia o la bulimia, lo que complica el problema.
Dependencia de las redes sociales
Hay muchos adolescentes adictos al “like”, que pasan todo el día conectados. Además, los algoritmos de las redes sociales no paran de ofrecer contenidos relacionados con las preferencias del usuario, por lo que “enganchan” y pueden generar conductas adictivas.
Radicalización política y discursos de odio
La personalidad del adolescente todavía no está formada y en este momento de su vida resulta muy influenciable. Determinados grupos en redes sociales fomentan la polarización y promocionan discursos de odio, tratando de buscar adeptos. Los adolescentes son un nicho de público preferente al que dirigirse por sus características vulnerables.
Consejos para el uso de las redes sociales por adolescentes
- Prudencia a la hora de publicar. Cuidado con fotos o vídeos íntimos que pueden acabar en envíos masivos de terceros y ser objeto de chantajes. No es necesaria tanta exhibición. Mucho cuidado con dar datos sensibles, con tener geolocalizadas las imágenes, etc.
- Cuidado con las noticias falsas: internet es un nido de información falsa. Hay que frecuentar medios contrastados y huir de los que no lo son. La información falsa manipula, intoxica y genera confusión, alarmismo y crispación. Puede provocar reacciones negativas, a nivel individual o colectivo, que nos afectan a todos. Además, por sus características virtuales internet es un mundo que se presta a la falsa apariencia, que trata de pasar por auténticas imágenes con filtros, retoques estéticos, etc.
- Escapar de la dictadura del “like”: la autoestima de la persona no puede depender de la aceptación que puedan tener sus publicaciones, no es sano estar todo el tiempo pendiente de la interacción que puedan provocar, de los comentarios, elogios, críticas, etc.
- Acostumbrarse a la desconexión: no pasa nada por desconectar unas horas. La vida va mucho más allá de lo que pasa en las pantallas. Por eso, es recomendable controlar el tiempo de uso digital y cultivar otras aficiones no vinculadas con el uso tecnológico.
- Decir no a los retos: a través de las redes se propagan retos virales en los que algunos adolescentes, dada su inmadurez, participan. Son un riesgo claro, uno de los mayores peligros. Hay muchos ejemplos funestos que han llegado a producir lesiones graves e incluso desenlaces fatales.
- No a las iniciativas de acoso: no deben promoverse ni compartirse. Al contrario, deben denunciarse. Las redes sociales no deben utilizarse para hacer daño a nadie. Además, acosar es un delito.
- Pedir ayuda o consejo a un adulto: en caso de duda o situaciones amenazantes, los adolescentes deben recurrir a un adulto.
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