¿Puede la experiencia vivida por el terapeuta ayudar al paciente? En principio, todo parece indicar que puede ser positivo aportarla. Sin embargo, es un tema con el que no toda la profesión está de acuerdo. Desde la vertiente psicoanalítica se intenta evitar influir en los procesos de transferencia-contratransferencia que se establecen entre terapeuta y paciente, para que este pueda trabajar sin condicionantes su historia personal.
No obstante, la mayoría de terapeutas incluyen su experiencia personal, en mayor o menor medida. Esto debe hacerse siempre con permiso del paciente y siempre a su servicio, con la intención exclusiva de ayudarle.
¿Es útil esta práctica?
A la revelación de aspectos o vivencias personales por parte del profesional durante la intervención terapéutica se le llama “autorevelación”, un fenómeno que en inglés se denomina “self-disclosure”.
Lo primero que debe plantearse el terapeuta es si esta práctica va acorde con su estilo terapéutico. Y en segundo lugar, si para el paciente que tiene delante es beneficiosa.
Puede que haya pacientes a los que les venga bien y otros que lo rechacen o sientan que les quita protagonismo.
¿Qué ventajas puede tener la autorevelación del terapeuta?
Ofrece un modelo
La explicación del terapeuta sobre cómo puedo superar una crisis o un momento complicado puede ser muy útil para la terapia. Sin embargo, hay que dejar muy claro que esa experiencia es personal e intransferible, solo sirve para ofrecer ideas. El paciente debe descubrir su propio camino y resolver las cosas a su manera.
Normaliza una vivencia
La experiencia del psicólogo/a puede servir para que el paciente se sienta comprendido, para que corrija su creencia errónea de que nadie ha vivido o sentido algo parecido y también para normalizar una vivencia que se vive como rara o de la que avergonzarse.
Facilita la confianza
El paciente puede abrirse con más facilidad si ve que el terapeuta revela alguna de sus experiencias personales y que se involucra de esta forma en el proceso.
Humaniza al terapeuta
Muchas veces, los pacientes tienden a idealizar a los terapeutas, como si no tuvieran problemas y fueran prodigios de equilibrio absolutamente inmunes a los conflictos. Obviamente, eso no es así.
¿Y qué desventajas puede tener la revelación de esa experiencia vivida?
Interferencias en el proceso
Como se ha comentado antes, este tipo de revelaciones corren el riesgo de distraer, de desviar el verdadero objetivo y la intención de la terapia, que debe estar puesta en el bienestar del paciente y no en el intercambio de experiencias.
Confusión de roles
El terapeuta corre el riesgo de invertir los roles y que el paciente acabe aconsejándole. Así pues, el objetivo de la autorevelación debe ser que el paciente se sienta entendido y acompañado, y no el psicólogo.
Traspasar los límites de la relación terapéutica
Si se utiliza la experiencia vivida, debe ser de una forma medida y perfectamente escogida. La intervención psicológica no puede convertirse en una charla de café entre dos amigos. La relación terapéutica tiene sus límites y el compromiso con el paciente de buscar siempre su bienestar con cuidado y respeto.
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