¿Alguna vez has comido una comida sin prestar atención a lo que estás comiendo? Tal vez estabas distraído con la televisión, el teléfono o el trabajo, y terminaste tu comida sin saborearla realmente. Este es un ejemplo del comportamiento automático o no consciente que a menudo adoptamos al comer. El mindful eating o la alimentación consciente, es una práctica que puede ayudarnos a romper este patrón y a tener una relación más saludable con la comida.

 

El mindful eating se trata de prestar atención plena a la experiencia de comer, incluyendo la comida que elegimos, la forma en que la preparamos, cómo la servimos y cómo la saboreamos. Esta práctica implica tomar conciencia de nuestras sensaciones corporales y emociones relacionadas con la comida, y comer de manera intencional y consciente.

Algunos pasos para practicar mindful eating:

  1. Presta atención a tu hambre: A menudo comemos por razones que no tienen nada que ver con el hambre real, como el aburrimiento, el estrés o la tristeza. Antes de comenzar a comer, pregúntate si realmente tienes hambre. Si no es así, intenta identificar la emoción o la situación que está causando el impulso de comer.

  2. Elige alimentos saludables: La alimentación consciente no se trata solo de prestar atención a la forma en que comemos, sino también de la calidad de la comida que elegimos. Trata de elegir alimentos saludables que sean nutritivos y satisfactorios, como frutas y verduras, proteínas magras y granos enteros.

  3. Siéntete agradecido: Antes de comenzar a comer, tómate un momento para agradecer por los alimentos que tienes frente a ti. Puedes pensar en la gente que contribuyó a traer los alimentos a tu mesa, los procesos naturales que hicieron posible que los alimentos crecieran o cualquier otra cosa que te haga sentir agradecido.

  4. Come sin distracciones: Intenta evitar distracciones mientras comes, como la televisión, el teléfono o el trabajo. En lugar de eso, concéntrate en el sabor, la textura y el olor de la comida. Tómate el tiempo para saborear cada bocado y disfrutar de la experiencia de comer.

  5. Escucha a tu cuerpo: Presta atención a las sensaciones corporales mientras comes. ¿Te sientes lleno o satisfecho? ¿Necesitas más comida o estás satisfecho? Escucha a tu cuerpo y come hasta que te sientas saciado, en lugar de seguir comiendo por inercia o por el gusto de comer.

  6. No te juzgues: La alimentación consciente se trata de ser amable contigo mismo y aceptar tu cuerpo tal como es. No te juzgues por lo que estás comiendo o por la cantidad que estás comiendo. Simplemente toma conciencia de tus elecciones alimentarias y cómo afectan tu cuerpo y tu mente.

La práctica del mindful eating puede ayudarnos a desarrollar una relación más saludable con la comida y a disfrutar de la experiencia de comer. La próxima vez que te sientes a comer, tómate un momento para prestar atención plena a lo que estás haciendo. Puede ser un pequeño paso hacia una relación más consciente y más saludable con la comida y contigo mismo.

Además, el mindful eating también puede tener beneficios para la salud física y mental. Al prestar atención plena a la comida, es menos probable que comas en exceso y que elijas alimentos poco saludables. También puedes notar que disfrutas más de los alimentos nutritivos y que te sientes más satisfecho con menos comida.

En cuanto a los beneficios mentales, el mindful eating puede ayudarnos a conectarnos con nuestras emociones y a aprender a lidiar con ellas sin recurrir a la comida. También puede ayudarnos a desarrollar una mayor conciencia de nuestros patrones de alimentación y a identificar los desencadenantes emocionales que nos llevan a comer en exceso.

Por último, es importante tener en cuenta que la práctica del mindful eating no se trata de seguir una dieta rigurosa o de juzgarte por tus elecciones alimentarias. Se trata de tomar conciencia de tu cuerpo y de tus necesidades y de aprender a comer de manera consciente y equilibrada.

En resumen, el mindful eating es una práctica que puede ayudarnos a romper los patrones de alimentación automáticos y a desarrollar una relación más consciente y saludable con la comida. Al prestar atención plena a la comida y a nuestras sensaciones corporales y emociones relacionadas con la comida, podemos aprender a comer de manera intencional y satisfactoria, y a disfrutar de una relación más saludable con la comida y con nosotros mismos.

 

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