La fiebre es un aumento temporal en la temperatura corporal que generalmente indica que el sistema inmunológico de una persona está trabajando para combatir una infección. Es importante comprender que la fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma de que algo no está bien en el cuerpo. La temperatura normal del cuerpo humano oscila entre 36.1 a 37.2 grados Celsius (97 a 99 grados Fahrenheit). El rango de fiebre varía según la fuente y puede significar diferentes niveles de temperatura en diferentes contextos clínicos.
Los 14 tipos de fiebre (y niveles de temperatura corporal)
1. Termometría clínica
La fiebre se clasifica generalmente en diferentes tipos según la temperatura corporal medida. La termometría clínica es una forma de medir la temperatura corporal con un termómetro en diferentes partes del cuerpo.
2. Fiebre subfebril
La fiebre subfebril se refiere a una temperatura ligeramente elevada, generalmente entre 37.2 y 38 grados Celsius (99 a 100.4 grados Fahrenheit). A menudo se asocia con malestar general y puede ser un signo de infección o inflamación en el cuerpo.
3. Fiebre continua
La fiebre continua es cuando la temperatura corporal permanece elevada constantemente, con fluctuaciones mínimas, durante al menos 24 horas. Puede ser causada por infecciones bacterianas como la tuberculosis o enfermedades autoinmunes.
4. Fiebre intermitente
La fiebre intermitente se caracteriza por fluctuaciones en la temperatura corporal, con períodos en los que la fiebre desaparece por completo. Suele estar asociada con infecciones parasitarias como la malaria.
5. Fiebre remitente
La fiebre remitente es similar a la fiebre intermitente, pero los picos de temperatura son más pronunciados y no vuelven a la normalidad entre ellos. Puede deberse a infecciones bacterianas graves como la endocarditis.
6. Fiebre hectica
La fiebre hectica es un tipo de fiebre intermitente que muestra cambios bruscos en la temperatura corporal y suele estar asociada con enfermedades crónicas como el cáncer.
7. Fiebre sepsis
La fiebre sepsis es un tipo de fiebre continua que se produce como respuesta a una infección grave en el cuerpo, como la sepsis. Es un síntoma de una condición médica potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata.
8. Fiebre ondulante
La fiebre ondulante se caracteriza por fluctuaciones en la temperatura corporal con picos y valles regulares que se repiten en ciclos. Puede estar asociada con enfermedades como la brucelosis.
9. Fiebre escarlatina
La fiebre escarlatina es una fiebre que suele acompañar a la infección por estreptococos del grupo A, que puede presentarse como una erupción cutánea característica. La fiebre puede oscilar entre 38 y 40 grados Celsius (100.4 a 104 grados Fahrenheit).
10. Fiebre de Lassaigne
La fiebre de Lassaigne es una fiebre continua de origen desconocido y de baja intensidad que se mantiene durante un tiempo prolongado. Se caracteriza por causar malestar general y fatiga.
11. Hiperpirexia
La hiperpirexia es una fiebre extrema en la que la temperatura corporal supera los 41.5 grados Celsius (106.7 grados Fahrenheit). Es una condición médica grave que puede poner en peligro la vida y requiere atención médica inmediata.
12. Fiebre minorista
La fiebre minorista es una fiebre leve y autolimitada que suele durar una corta duración y generalmente no requiere tratamiento médico. Puede ser causada por virus leves o exposición a altas temperaturas ambientales.
13. Fiebre periodontal
La fiebre periodontal se produce como respuesta a una infección en las encías y el tejido circundante. Puede ir acompañada de enrojecimiento e inflamación en la zona afectada.
14. Fiebre puerperal
La fiebre puerperal es una fiebre que ocurre después del parto, generalmente como resultado de una infección uterina. Es importante vigilar de cerca la fiebre puerperal, ya que puede ser un signo de complicaciones graves después del parto.
En conclusión, la fiebre puede manifestarse de diversas formas y niveles, y cada tipo de fiebre puede indicar diferentes condiciones subyacentes en el cuerpo. Es fundamental buscar atención médica si la fiebre es persistente, alta o está acompañada de otros síntomas graves. La fiebre en sí misma no es necesariamente peligrosa, pero puede ser un indicador crucial de problemas de salud que requieren diagnóstico y tratamiento adecuados.