El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico común que afecta la atención, el autocontrol y la capacidad de organización de quienes lo padecen. Se manifiesta en la infancia, pero también puede persistir en la adolescencia y la edad adulta. A pesar de que se conoce ampliamente el término general de TDAH, es importante tener en cuenta que existen distintos tipos de este trastorno, cada uno con características, causas y síntomas específicos.
Tipos de TDAH
Tipo de Predominio Inatento
El Tipo de Predominio Inatento del TDAH se caracteriza por dificultades principalmente relacionadas con la atención y la concentración. Quienes presentan este tipo de TDAH tienden a ser distraídos, desorganizados y a menudo parecen no escuchar cuando se les habla directamente. Además, pueden tener dificultades para seguir instrucciones y completar tareas que requieran un esfuerzo mental sostenido.
Entre las características más comunes de este tipo de TDAH se encuentran la tendencia a perder objetos fácilmente, olvidar compromisos o tareas importantes, evadir actividades que requieran un esfuerzo mental considerado excesivo y mostrar desinterés por actividades que no despierten un interés inmediato.
Tipo de Predominio Hiperactivo-Impulsivo
El Tipo de Predominio Hiperactivo-Impulsivo del TDAH se caracteriza por la presencia predominante de hiperactividad y/o impulsividad en comparación con los problemas de atención. Las personas con este tipo de TDAH suelen ser inquietas, impulsivas y tienden a actuar sin pensar en las consecuencias.
Entre las características más notables de este tipo de TDAH se encuentran la dificultad para permanecer quietos o en sus asientos en situaciones en las que se espera que estén tranquilos, hablar en exceso, interrumpir a los demás, actuar sin considerar las consecuencias a largo plazo y tener dificultades para esperar su turno en juegos o actividades grupales.
Tipo Combinado
El Tipo Combinado de TDAH implica la presencia de síntomas tanto de inatención como de hiperactividad-impulsividad. Las personas con este tipo de TDAH experimentan dificultades en ambas áreas, lo que puede manifestarse en problemas para mantener la concentración en tareas, así como en la tendencia a ser impulsivos y mostrar un nivel de actividad más alto de lo habitual.
Este tipo de TDAH puede presentar un mayor desafío en términos de diagnóstico y tratamiento, ya que requiere abordar tanto los problemas de atención como los problemas de hiperactividad e impulsividad de manera simultánea.
Causas del TDAH
Las causas exactas del TDAH aún no se comprenden completamente, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y neurobiológicos. Algunos de los posibles factores que pueden contribuir al desarrollo del TDAH incluyen:
Factores Genéticos
Se ha observado que el TDAH tiende a presentarse en familias, lo que sugiere que existe una predisposición genética al trastorno. Los estudios han identificado varios genes que pueden estar asociados con el TDAH, aunque el trastorno no se hereda de manera directa y otros factores también pueden influir en su desarrollo.
Factores Ambientales
El entorno en el que una persona crece y se desarrolla también puede desempeñar un papel en la manifestación del TDAH. La exposición a ciertos factores ambientales, como la exposición temprana a toxinas, el consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo, el nacimiento prematuro o el bajo peso al nacer, pueden aumentar el riesgo de desarrollar TDAH.
Factores Neurobiológicos
Las investigaciones han demostrado que en personas con TDAH, ciertas áreas del cerebro pueden funcionar de manera diferente a las de quienes no padecen el trastorno. Se han identificado diferencias en la actividad de ciertos neurotransmisores, como la dopamina y la noradrenalina, así como en la estructura y funcionamiento de regiones cerebrales relacionadas con la atención, la memoria y el autocontrol.
Síntomas del TDAH
Los síntomas del TDAH pueden variar según el tipo de trastorno y la persona afectada, pero generalmente se dividen en síntomas de inatención, síntomas de hiperactividad y síntomas de impulsividad. Algunos de los síntomas más comunes del TDAH incluyen:
Síntomas de Inatención
- Dificultad para prestar atención a los detalles y cometer errores por descuido.
- Dificultad para mantener la atención en tareas o actividades.
- Evitar tareas que requieran un esfuerzo mental sostenido.
- Olvidar objetos necesarios para tareas o actividades.
- Distracción fácilmente por estímulos externos.
Síntomas de Hiperactividad
- Inquietud o movimientos constantes de manos o pies.
- Dificultad para permanecer sentado en situaciones en las que se espera que estén tranquilos.
- Habla en exceso.
- Correr o trepar en situaciones inapropiadas.
- Tener dificultad para jugar o realizar actividades en silencio.
Síntomas de Impulsividad
- Actuar sin pensar en las consecuencias.
- Dificultad para esperar su turno en juegos o actividades grupales.
- Interrumpir o entrometerse en conversaciones o juegos de otros.
- Tomar decisiones apresuradas o impulsivas sin considerar las consecuencias.
- Mostrar dificultad para guardar secretos o mantener información confidencial.
Es importante tener en cuenta que los síntomas del TDAH pueden variar en intensidad y presentarse de formas diferentes en cada persona. Además, la presencia de algunos de estos síntomas no es necesariamente indicativa de que una persona tenga TDAH, ya que otros trastornos o condiciones médicas pueden presentar síntomas similares.
En conclusión, el TDAH es un trastorno complejo que puede manifestarse de diferentes maneras en función del tipo predominante. Comprender las características, causas y síntomas del TDAH es fundamental para un diagnóstico preciso y para un plan de tratamiento efectivo. Si sospechas que tú o alguien que conoces podría estar experimentando síntomas de TDAH, es importante consultar con un profesional de la salud mental para recibir una evaluación adecuada y determinar el mejor curso de acción.