Los trastornos de conversión, también conocidos como trastornos de síntomas neurológicos funcionales, son afecciones psicológicas en las que se experimentan síntomas físicos o sensoriales que sugieren problemas médicos, pero que no tienen una causa orgánica identificable. Estos trastornos pueden afectar diferentes funciones del cuerpo, como la motricidad, la percepción sensorial, la audición o la visión, y su diagnóstico y tratamiento pueden resultar desafiantes para los profesionales de la salud mental.

1. Parálisis Funcional

La parálisis funcional es uno de los trastornos de conversión más comunes, caracterizado por la pérdida repentina de la capacidad de mover una o más extremidades sin una causa médica evidente. Los síntomas pueden variar en intensidad y duración, y suelen estar asociados a situaciones de estrés emocional o conflictos internos no resueltos. Las personas que sufren de parálisis funcional pueden sentir debilidad o entumecimiento en la extremidad afectada, pero los exámenes físicos no revelan ninguna lesión o daño neurológico.

Síntomas:

  • Imposibilidad de mover la extremidad afectada.
  • Sensación de debilidad o entumecimiento en la zona.
  • Presencia de otros síntomas neurológicos funcionales.

2. Pseudoconvulsiones

Las pseudoconvulsiones, también conocidas como crisis no epilépticas psicógenas, son episodios parecidos a convulsiones que no son causados por actividad eléctrica anormal en el cerebro. Estas crisis pueden ser confundidas con epilepsia debido a su apariencia, pero su origen es psicológico en lugar de neurológico. Las pseudoconvulsiones suelen desencadenarse por situaciones emocionales estresantes o traumáticas, y pueden resultar incapacitantes para quienes las experimentan.

Síntomas:

  • Convulsiones no asociadas a actividad eléctrica cerebral anormal.
  • Pérdida de consciencia durante el episodio.
  • Emociones intensificadas antes y después de la crisis.

3. Ceguera Funcional

La ceguera funcional es un trastorno de conversión que se manifiesta con la pérdida repentina de la visión en ausencia de daño ocular o neurológico detectable. Las personas que experimentan ceguera funcional pueden ser capaces de realizar actividades visuales en situaciones determinadas, lo que sugiere que el problema no radica en los órganos visuales en sí, sino en la interpretación del sistema visual en el cerebro. Este trastorno puede interferir significativamente en la vida diaria y en la capacidad de la persona para llevar a cabo tareas cotidianas.

Síntomas:

  • Pérdida repentina de la visión.
  • Conservación de la capacidad visual en ciertas situaciones específicas.
  • No existen problemas físicos evidentes en los ojos.

4. Sordera Funcional

La sordera funcional es un trastorno de conversión en el cual la persona experimenta una disminución o pérdida completa de la audición sin que haya una causa orgánica identificable. Al igual que en otros tipos de trastornos de conversión, la sordera funcional suele estar asociada a eventos estresantes o traumáticos en la vida de la persona. A diferencia de la sordera neuropática, la sordera funcional no está relacionada con problemas en el sistema auditivo, sino que tiene su origen en factores emocionales y psicológicos.

Síntomas:

  • Pérdida parcial o total de la audición.
  • No hay evidencia de lesiones u anomalías en el sistema auditivo.
  • Respuesta selectiva a ciertos sonidos o situaciones.

5. Movimientos Anormales

Los movimientos anormales en el contexto de los trastornos de conversión pueden manifestarse de diversas formas, como temblores, movimientos bruscos involuntarios o movimientos coreiformes (rápidos, irregulares y no repetitivos). Estos movimientos son diferentes de los trastornos del movimiento de origen neurológico, ya que no están asociados a alteraciones en el sistema motor. Los movimientos anormales en los trastornos de conversión suelen empeorar en situaciones de estrés o ante la atención de otras personas.

Síntomas:

  • Temblores o agitación sin causa neurológica evidente.
  • Movimientos bruscos e involuntarios.
  • Respuesta a la atención o situaciones estresantes.

6. Pérdida de la Sensibilidad

La pérdida de la sensibilidad, también conocida como anestesia funcional, es un trastorno de conversión en el cual la persona experimenta la disminución o ausencia de sensaciones táctiles, térmicas o dolorosas en una parte del cuerpo sin una explicación médica válida. Este síntoma puede presentarse de manera transitoria o persistente, y suele ser más prominente en situaciones de estrés emocional o conflicto interno. La pérdida de la sensibilidad puede resultar en lesiones no detectadas o en una disminución en la capacidad de realizar actividades cotidianas.

Síntomas:

  • Descenso o desaparición de la sensibilidad en una zona específica.
  • Ausencia de lesiones o daños físicos que expliquen la pérdida de sensibilidad.
  • Relación con situaciones estresantes o emocionales.

7. Disfagia Funcional

La disfagia funcional es un trastorno de conversión que afecta la capacidad de tragar de forma adecuada sin una causa física subyacente. Las personas con disfagia funcional pueden experimentar sensaciones de obstrucción en la garganta al intentar tragar alimentos sólidos o líquidos, lo que puede resultar en dificultades para alimentarse y riesgo de desnutrición o deshidratación. Este trastorno puede estar relacionado con conflictos emocionales no resueltos que se manifiestan a través de síntomas físicos en el proceso de la deglución.

Síntomas:

  • Sensación de obstrucción o dificultad al tragar.
  • Problemas para ingerir alimentos sólidos o líquidos.
  • No existen anomalías físicas que justifiquen la disfagia.

8. Parálisis Facial Funcional

La parálisis facial funcional es un trastorno de conversión en el cual la persona experimenta la pérdida temporal o reversión parcial del control muscular en la mitad de la cara, sin una lesión nerviosa periférica o daño neurológico identificable. Este síntoma puede afectar la capacidad de expresión facial y la comunicación no verbal, lo que puede tener impactos significativos en las interacciones sociales y en la autoestima de la persona afectada. La parálisis facial funcional suele ser desencadenada por factores emocionales estresantes o traumáticos.

Síntomas:

  • Pérdida de control muscular en la mitad de la cara.
  • Dificultad para expresar emociones facialmente.
  • No hay evidencia de daño neurológico periférico.

9. Amnesia Disociativa

La amnesia disociativa, también conocida como amnesia psicógena, se caracteriza por la pérdida de memoria parcial o total debido a factores psicológicos, generalmente asociados a situaciones traumáticas o estresantes. A diferencia de la amnesia orgánica, la cual se debe a alteraciones neurológicas, la amnesia disociativa no tiene una base orgánica identificable. Las personas con este trastorno pueden olvidar eventos significativos de su vida o tener lagunas en la memoria que no pueden explicar.

Síntomas:

  • Pérdida parcial o total de la memoria sin causa neurológica.
  • Olvido de eventos traumáticos o estresantes.
  • Lagunas en la memoria que no pueden ser explicadas.

10. Anestesia Psicógena

La anestesia psicógena es un trastorno de conversión en el cual la persona pierde la capacidad de sentir dolor o sensaciones táctiles en una parte del cuerpo sin una razón médica evidente. A diferencia de la anestesia provocada por intervenciones médicas o lesiones neurológicas, la anestesia psicógena está relacionada con conflictos emocionales o traumas que se manifiestan a través de la insensibilidad en áreas específicas. Esta condición puede resultar en lesiones inadvertidas y complicaciones médicas si no se detecta y trata adecuadamente.

Síntomas:

  • Ausencia de sensación de dolor en una zona del cuerpo.
  • Insensibilidad a estímulos táctiles o térmicos.
  • No hay lesiones u anomalías físicas que justifiquen la anestesia.

Los trastornos de conversión pueden ser complejos y desafiantes de diagnosticar debido a la naturaleza multifacética de sus síntomas y a la necesidad de descartar posibles causas médicas subyacentes. Es fundamental abordar estos trastornos de manera integral, teniendo en cuenta tanto los aspectos físicos como los psicológicos de la persona afectada, y brindar un tratamiento adecuado que combine terapias cognitivo-conductuales, psicoterapia y apoyo emocional.