La violencia obstétrica es un fenómeno que ha estado presente en la práctica médica durante mucho tiempo, pero que ha recibido atención e interés creciente en los últimos años. Se define como cualquier acción u omisión realizada por el personal de salud durante el embarazo, parto, postparto o cualquier etapa del proceso reproductivo, que vulnere los derechos de las mujeres, cause daño físico o emocional, discrimine o menoscabe su capacidad de decisión.

Características de la violencia obstétrica

La violencia obstétrica puede manifestarse de diversas formas, algunas de las características más comunes incluyen:

Falta de consentimiento informado

Una de las principales características de la violencia obstétrica es la falta de respeto al derecho fundamental de las mujeres a dar o negar su consentimiento informado sobre procedimientos médicos durante el embarazo y el parto. Esto se manifiesta cuando se realizan intervenciones sin el consentimiento de la mujer, o cuando la información proporcionada no es clara o comprensible.

Trato deshumanizado

La violencia obstétrica también se manifiesta a través del trato deshumanizado por parte del personal de salud hacia las mujeres embarazadas o en trabajo de parto. Esto puede incluir burlas, gritos, falta de empatía, o cualquier acción que genere un ambiente de intimidación o desprecio.

Falta de privacidad y confidencialidad

Otra característica común de la violencia obstétrica es la falta de respeto a la privacidad y confidencialidad de las mujeres durante el proceso de atención médica. Esto puede manifestarse en la presencia de personas innecesarias en la sala de parto, la divulgación de información personal sin autorización, o la falta de suficiente espacio y comodidad para la mujer.

Prácticas médicas innecesarias o no basadas en evidencias

La realización de procedimientos médicos innecesarios o que no están respaldados por evidencias científicas también constituye una forma de violencia obstétrica. Estas prácticas pueden incluir el uso excesivo de la episiotomía, la administración rutinaria de oxitocina sintética, o la realización de cesáreas injustificadas.

Ejemplos de violencia obstétrica

A continuación se presentan algunos ejemplos concretos de violencia obstétrica que pueden ocurrir en el ámbito de la atención médica materna:

Falta de información y consentimiento

Una mujer embarazada llega a la sala de parto y se le realiza una episiotomía sin su consentimiento previo, y sin explicarle los riesgos y beneficios de la intervención. Esta falta de información y consentimiento informado constituye un acto de violencia obstétrica.

Trato deshumanizado

Una mujer en trabajo de parto es tratada de manera grosera y despectiva por parte del personal de salud, se le grita y se le hace sentir avergonzada durante el proceso de parto. Este tipo de comportamientos constituyen una forma de violencia obstétrica por el trato deshumanizado hacia la mujer.

Falta de respeto a la intimidad

Una mujer está en trabajo de parto y hay varias personas en la sala de parto que no están relacionadas con su atención médica. La falta de respeto a su intimidad y privacidad, al no permitirle un espacio íntimo durante el parto, constituye un acto de violencia obstétrica.

Realización de procedimientos innecesarios

Una mujer embarazada es sometida a una cesárea sin indicación médica justificada, a pesar de que su estado de salud y el del feto no presentan complicaciones que requieran esta intervención. La realización de una cesárea innecesaria representa una forma de violencia obstétrica por la imposición de un procedimiento médico sin justificación clínica.

Estigmatización y discriminación

Una mujer de origen étnico minoritario es atendida de manera discriminatoria en el hospital durante su parto, se le hacen comentarios despectivos sobre su etnia y se le trata de manera diferente al resto de las mujeres. Esta forma de trato discriminatorio constituye una violencia obstétrica basada en prejuicios étnicos.

Impacto de la violencia obstétrica

La violencia obstétrica puede tener un impacto devastador en la salud física y emocional de las mujeres, así como en su percepción del sistema de salud y su capacidad para tomar decisiones informadas sobre su atención médica. Algunas de las consecuencias del maltrato obstétrico incluyen:

Daño físico

La realización de procedimientos innecesarios o mal practicados durante el parto puede ocasionar daños físicos a las mujeres, como desgarros, infecciones, hemorragias, entre otros. Estas complicaciones pueden tener consecuencias a corto y largo plazo en la salud de las mujeres y en su calidad de vida.

Impacto emocional

El trato deshumanizado, la falta de apoyo emocional y la violación de la intimidad durante el parto pueden generar traumas emocionales en las mujeres, como ansiedad, depresión, estrés postraumático, entre otros. Estas secuelas emocionales pueden afectar negativamente la salud mental y el bienestar psicológico de las mujeres.

Desconfianza en el sistema de salud

La experiencia de violencia obstétrica puede llevar a las mujeres a desconfiar del sistema de salud y de los profesionales médicos, lo que dificulta su acceso a la atención médica adecuada en el futuro. La falta de confianza en el sistema de salud puede tener consecuencias negativas en la búsqueda de atención médica oportuna y de calidad.

Menoscabo de la autonomía y la capacidad decisión

La violencia obstétrica atenta contra la autonomía y la capacidad de decisión de las mujeres sobre su propio cuerpo y su proceso reproductivo, lo que puede tener efectos duraderos en su empoderamiento y autoestima. La pérdida de autonomía en el momento del parto puede generar sentimientos de indefensión y falta de control sobre su propio cuerpo.

Prevención y acciones para combatir la violencia obstétrica

Para prevenir y combatir la violencia obstétrica es fundamental adoptar medidas a nivel individual, institucional y social que promuevan el respeto de los derechos de las mujeres durante el embarazo y el parto. Algunas acciones que pueden contribuir a prevenir la violencia obstétrica incluyen:

Formación y sensibilización del personal de salud

Es fundamental brindar formación y sensibilización al personal de salud sobre los derechos reproductivos de las mujeres, la importancia del consentimiento informado, la diversidad cultural y étnica, y la necesidad de un trato respetuoso y empático hacia las mujeres durante el parto. La capacitación del personal de salud en enfoques basados en la evidencia y el respeto a la autonomía de las mujeres puede contribuir a prevenir la violencia obstétrica.

Implementación de protocolos de atención humanizada

Las instituciones de salud deben establecer protocolos de atención que promuevan un enfoque humanizado y respetuoso hacia las mujeres durante el embarazo, el parto y el postparto. Es importante garantizar que se respete la intimidad, la confidencialidad, y la autonomía de las mujeres en todo momento, y que se eviten prácticas médicas innecesarias o no basadas en evidencias.

Fomento de la participación activa de las mujeres en su atención médica

Es fundamental empoderar a las mujeres y fomentar su participación activa en las decisiones relacionadas con su salud reproductiva. Se deben promover entornos de atención médica en los que las mujeres se sientan escuchadas, respetadas y apoyadas en sus decisiones, permitiéndoles expresar sus preferencias y necesidades durante el proceso de atención obstétrica.

Promoción de la denuncia y la rendición de cuentas

Es necesario fomentar la denuncia de casos de violencia obstétrica y garantizar que existan mecanismos efectivos para la rendición de cuentas en los casos en que se haya cometido algún tipo de maltrato. Las instituciones de salud deben establecer canales de denuncia seguros y confidenciales, y promover una cultura de transparencia y responsabilidad en la atención obstétrica.

En conclusión, la violencia obstétrica es un fenómeno que vulnera los derechos humanos de las mujeres durante el embarazo y el parto, y que puede tener repercusiones graves en su salud física y emocional. Es fundamental adoptar medidas preventivas y acciones para combatir la violencia obstétrica, promoviendo un enfoque respetuoso, empático y centrado en los derechos de las mujeres en la atención obstétrica.