Los antihistamínicos son un tipo de medicamento comúnmente utilizado para tratar reacciones alérgicas y sus síntomas asociados. Existen diferentes tipos de antihistamínicos que actúan de diversas formas en el cuerpo para bloquear la acción de la histamina, una sustancia química que desencadena los síntomas de la alergia. En este artículo, nos enfocaremos en los 4 tipos principales de antihistamínicos, sus características y funciones específicas.

1. Antihistamínicos de Primera Generación

Los antihistamínicos de primera generación son los antihistamínicos más antiguos y comúnmente utilizados. Actúan principalmente al bloquear los receptores de histamina en el cerebro, lo que les confiere propiedades sedantes y somníferas. Estos antihistamínicos son eficaces para aliviar síntomas como estornudos, picazón y ojos llorosos, pero pueden causar somnolencia y afectar la coordinación motora.

Algunos ejemplos de antihistamínicos de primera generación incluyen la difenhidramina, la clorfeniramina y la hidroxicina. Estos medicamentos suelen usarse para tratar alergias, picaduras de insectos, urticaria y reacciones cutáneas.

Funciones de los Antihistamínicos de Primera Generación:

  • Alivio de síntomas alérgicos como picazón, estornudos y ojos llorosos.
  • Inducción del sueño en personas con dificultades para conciliar el sueño debido a alergias.
  • Tratamiento de reacciones cutáneas y urticaria.

2. Antihistamínicos de Segunda Generación

Los antihistamínicos de segunda generación son una versión más reciente de estos medicamentos y están diseñados para proporcionar alivio de los síntomas alérgicos sin causar tanta somnolencia como los de primera generación. Actúan de manera más específica sobre los receptores de histamina periféricos, lo que reduce los efectos sedantes.

Estos antihistamínicos son una opción preferida para aquellos que buscan alivio de la alergia sin sentirse adormilados o desorientados. Algunos ejemplos de antihistamínicos de segunda generación incluyen la loratadina, la cetirizina y la fexofenadina.

Funciones de los Antihistamínicos de Segunda Generación:

  • Alivio de los síntomas alérgicos como estornudos, congestión nasal y ojos rojos.
  • Menor probabilidad de causar somnolencia en comparación con los antihistamínicos de primera generación.
  • Uso seguro en el trabajo y durante actividades que requieren concentración.

3. Antihistamínicos H1 Selectivos

Los antihistamínicos H1 selectivos son una subclase de antihistamínicos de segunda generación que se enfocan específicamente en los receptores H1 de histamina. Estos medicamentos son altamente selectivos en su acción y tienen menos probabilidades de causar efectos secundarios como la sedación que los antihistamínicos de primera generación.

Los antihistamínicos H1 selectivos son eficaces para tratar síntomas como la picazón, la secreción nasal y el enrojecimiento de la piel causados por reacciones alérgicas. Ejemplos comunes de antihistamínicos H1 selectivos incluyen la desloratadina, el levocetirizina y la ebastina.

Funciones de los Antihistamínicos H1 Selectivos:

  • Alivio de síntomas alérgicos como picazón, enrojecimiento y secreción nasal.
  • Menor riesgo de provocar somnolencia en comparación con los antihistamínicos de primera generación.
  • Acción selectiva sobre los receptores H1 de histamina.

4. Antihistamínicos de Tercera Generación

Los antihistamínicos de tercera generación son la última evolución en el tratamiento de las alergias y están diseñados para ser altamente selectivos en su acción sobre los receptores de histamina. Estos medicamentos buscan proporcionar un alivio efectivo de los síntomas alérgicos con un mínimo de efectos secundarios, incluida la somnolencia.

Los antihistamínicos de tercera generación también se espera que tengan una duración más prolongada de acción, lo que significa que pueden administrarse con menor frecuencia a lo largo del día. Ejemplos de antihistamínicos de tercera generación incluyen la rupatadina y la bilastina.

Funciones de los Antihistamínicos de Tercera Generación:

  • Alivio efectivo de los síntomas alérgicos como picazón, estornudos y enrojecimiento de la piel.
  • Mínimos efectos secundarios, como somnolencia o sedación.
  • Duración prolongada de acción que permite menos dosis diarias.

En conclusión, los antihistamínicos son una parte importante de la farmacoterapia para el tratamiento de las alergias y sus síntomas. Con la variedad de opciones disponibles, es posible encontrar el antihistamínico adecuado que proporcione alivio efectivo de los síntomas alérgicos sin causar efectos secundarios no deseados. Se recomienda consultar a un profesional de la salud para determinar el antihistamínico más adecuado según las necesidades individuales y la tolerancia de cada persona a estos medicamentos.