Existen diferentes investigaciones que vinculan el apego con el desarrollo emocional de la persona. La inmensa mayoría revelan que existe una relación entre cada estilo de apego y el establecimiento de emociones específicas, que se dan con mayor o menor intensidad.
Asimismo, los distintos tipos de apego también se relacionan con la expresión de las emociones y su regulación. Puesto que las emociones influyen en la salud física de las personas, también se puede establecer un vínculo entre esta y los estilos de apego, aunque no existe demasiada literatura al respecto.
Profundizamos un poco en este tema basándonos en el trabajo de Garrido-Rojas para la Universidad Católica del Maule, Talca, Chile.
¿Qué emociones específicas se relacionan con los distintos estilos de apego?
De acuerdo con el patrón de apego desarrollado desde la infancia, cada estilo se relaciona con unas emociones específicas.
En el denominado apego seguro las emociones más frecuentes son las positivas, entre otras:
- Confianza
- Alegría
- Calma
- Tranquilidad
- Placer
Por su parte, el estilo inseguro de apego evitativo se caracteriza por el predominio de emociones de:
- Ansiedad
- Miedo
- Rabia
- Hostilidad
- Desconfianza
En lo que se refiere al tipo de apego ansioso ambivalente, las emociones características son:
- Preocupación
- Rabia
- Miedo
- Estrés
- Ansiedad
Estilos de apego y autorregulación emocional
En cuanto a las estrategias de regulación emocional, estas actúan de diferente manera dependiendo del estilo de apego. Por autorregulación emocional se entiende el "proceso de iniciar, mantener, modular o cambiar la ocurrencia, intensidad o duración de los estados afectivos internos y los procesos fisiológicos, a menudo con el objetivo de alcanzar una meta".
Las personas con un estilo de apego seguro utilizan con mayor frecuencia estrategias de proximidad, curiosidad, exploración, expresión directa de emociones y búsqueda de apoyo social cuando falla su capacidad. Modulan bien su excitación y son flexibles emocionalmente.
Sin embargo, el estilo evitativo recurre a la inhibición emocional, supresión de emociones negativas y pensamientos dolorosos y distanciamiento de los contextos de apego. Todo ello como estrategia para minimizar el estrés asociado al rechazo. Existe en estas personas cierta incapacidad para reconocer sus experiencias emocionales y expresarse en este plano.
Por su parte, el estilo ansioso ambivalente se caracteriza por la búsqueda de proximidad hacia las figuras de apego, excesiva demanda, hipervigilancia, preocupación constante, atención al estrés, acceso recurrente a recuerdos emocionales dolorosos y dificultad para regularlos...
Implicaciones para la salud de cada estilo de apego
El estilo de apego seguro, promotor de emociones positivas, parece funcionar como protector de la salud física. Las emociones positivas anteriormente citadas, y que se asocian con este estilo, ayudan a la resiliencia, contribuyen a las relaciones sociales saludables, disminuyen la persistencia de la emoción negativa y mejoran el bienestar emocional. En consecuencia, repercuten en la salud de la persona de manera favorable.
Por el contrario, según la hipótesis de Garrido-Rojas, asumiendo que existen emociones dañinas para la salud física, los estilos inseguros se muestran más vulnerables a sufrir determinadas patologías físicas. Según diferentes investigaciones, emociones como la rabia, la ira la ansiedad y el estrés (frecuentes en los estilos ansioso ambivalente y evitativo) pueden afectar o contribuir al desarrollo de enfermedades como la hipertensión arterial, cáncer, artritis y problemas cardiacos, entre otras.
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