¿Necesitas aprender a decir que no? ¿Te da la impresión de que siempre cedes y acabas complaciendo a los demás y no miras por tus verdaderas necesidades?
Cuando existen dos necesidades opuestas, surge el conflicto. Tenemos que aprender a decidir cuál es la necesidad que necesitamos priorizar, si la nuestra o la de los demás, y aprender a expresarlo con respeto.
Existen causas muy variadas por las cuales no nos atrevemos a dar una negativa.
¿Cuáles son las causas que existen para no decir que no?
- Educación basada en agradar a los demás: hemos aprendido que debemos darnos a los demás, se atentos y ayudar al prójimo. Pero no lo hemos compensado con otros principios o necesidades.
- Temor a generar un conflicto o a ser tachados de mala educación: de esta forma, no priorizamos nuestros deseos, tememos ser percibidos como personas egoístas, etc.
- Temor al rechazo: la necesidad de aceptación nos lleva a decir “sí”, por miedo a ser excluidos de nuestro círculo.
- Baja autoestima: cuanto más baja autoestima tengamos, más difícil será para nosotros decir que no.
- Evitar la ansiedad y malestar que pueda causar el conflicto.
- Dependencia emocional de otras personas.
¿Qué consecuencias puede tener no decir que no a tiempo?
Si no sabemos poner límites, nos faltamos el respeto a nosotros mismos.
- Nuestra autoestima disminuye: la baja autoestima es a la vez causa y consecuencia de esta incapacidad para decir que no. Nos sentimos mal con nosotros mismos, faltos de amor propio.
- Sentimiento de soledad interior: la persona puede sentirse sola, no querida.
- Sentimiento de fracaso: renunciar a nuestros deseos continuamente nos aboca a este sentimiento.
Recomendaciones para aprender a decir que no
- Pierde el miedo a las críticas: es imposible agradar a todo el mundo. Ten firmeza en tus decisiones, no tienes la obligación de hacer cosas que no deseas.
- Prioriza tus necesidades siempre que lo creas conveniente y no te dejes manipular.
- Piensa bien lo que vas a decir: tómate tu tiempo para dar una respuesta, no te precipites, si es posible date un plazo para la reflexión. Esto te puede dar tiempo para identificar mejor lo que sientes.
- Sé amable: “decir no” es un arte. Hay que comportarse siempre con amabilidad y respeto hacia los demás, no es necesario ser brusco. Si lo haces de forma amable, te sentirás mejor y te resultará más fácil la próxima vez. Y te darás cuenta de que, en condiciones normales, no haces daño a nadie ni originas un conflicto.
- No des muchas explicaciones: no es necesario justificarte, solo expresarte con sinceridad y educación.
- Aprende a quererte y a respetarte: prioriza tus deseos, equilibra la balanza entre darte a los demás y el dedicarte a ti. Por anteponer tus necesidades no vas a ser egoísta. Y no necesitas la aprobación de todo el mundo.
- Practica el decir que no siempre que lo consideres necesario. Te darás cuenta de que la gente no te abandona ni deja de quererte por ello.
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