¿Sabes que puedes mejorar tu inteligencia emocional? De hecho, es una capacidad que puedes desarrollar a lo largo de tu vida.
A principios de los años 90, los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer acuñaron este término y publicaron diversos trabajos al respecto. Poco después, los estudios de Daniel Goleman, recogidos en su libro Inteligencia emocional, lo popularizaron y supusieron una auténtica revolución para el concepto tradicional de inteligencia.
Este autor se refería así al conjunto de habilidades que permiten a la persona relacionarse mejor consigo mismo y con los demás, gracias al manejo asertivo de las emociones. En su planteamiento, Goleman considera que la cognición y las emociones están relacionadas y no separadas como se había considerado hasta ese momento.
Desde entonces, se ha divulgado la importancia de la competencia emocional para establecer relaciones sociales sanas y tener más posibilidades de alcanzar el éxito en cualquier plano vital: personal, laboral, social, etc. En definitiva, las personas con un alto nivel de inteligencia emocional tienen más posibilidades de ser felices.
Inteligencia emocional, una capacidad con potencial de mejora
Una de las características definitorias de la Inteligencia emocional, que puedes aprovechar en tu beneficio, es que puede entrenarse y mejorar. Mientras que el CI (Cociente Intelectual), la inteligencia medida como el cociente entre la edad mental y la edad cronológica, no experimenta cambios significativos a lo largo de nuestra vida, la Inteligencia emocional tiene bastante potencial de mejora.
Ahora bien, para conseguirlo hay que seguir un programa adecuado a través de una serie de pautas y técnicas, con esfuerzo y dedicación, que preferentemente debe ser dirigido por un profesional de la Psicología.
¿Qué puedes conseguir si mejoras tu Inteligencia emocional?
- Mayor autoconocimiento de tus emociones
- Mayor automotivación
- Mejores relaciones con tu entorno, mejores habilidades sociales
- Mejor autocontrol
- Mayor regulación de tu estado emocional
- Desarrollo de la empatía.
4 habilidades básicas para el desarrollo de la Inteligencia emocional
- Percepción emocional: cómo detectamos, registramos y expresamos nuestras emociones, cómo se conectan con nuestro mundo.
- Autorregulación: para concentrarnos en nuestros objetivos y gestionar las emociones para lograrlos. Implica el autocontrol, la autoconfianza y la disciplina para superar obstáculos y dificultades.
- Empatía: la capacidad para comprender y compartir las emociones ajenas, para ponernos en el lugar de la otra persona.
- Regulación emocional: nos proporciona una gestión correcta de nuestros procesos emocionales para conseguir nuestras metas. A través de este proceso podemos distanciarnos de las emociones que nos perjudican en un momento determinado.
10 aspectos clave para mejorar tu Inteligencia emocional
- Reflexiona sobre tus emociones y detecta sus causas.
- Acepta tus sentimientos sin tratar de negarlos. Los sentimientos son humanos, no debes sentirte culpable, pero siempre debes expresar esas emociones sin hacer daño a otras personas ni crear mal ambiente. Eso es lo importante, aprender a expresar tus emociones de forma clara y asertiva a la vez.
- Determina tu potencial y tus límites, para un mejor conocimiento de ti mismo y una mayor autoconfianza.
- Acepta los cambios y adáptate a ellos. Sácale partido a las oportunidades que estos representan para tu desarrollo personal.
- Atiende a los sentimientos de las personas que te rodean y ayúdales para que también los expresen de forma asertiva. Procura entender y respeta los otros puntos de vista. Si la otra persona percibe que comprendemos sus sentimientos, transmitimos tolerancia y confianza.
- Mantén la motivación para conseguir tus objetivos, identifica cada pequeño detalle que pueda incentivarte. Esto te proporcionará una actitud positiva y una mejor autoestima.
- No juzgues a los demás y no pierdas el tiempo criticando a las personas. En caso de ejercer la crítica debe ser siempre de forma constructiva. Tampoco juzgues la forma en que te sientes, aprovecha esa información para enfrentarte a cada situación partiendo de una actitud neutra.
- Escucha a los demás, ¿qué opinión tienen de ti y de tu forma emocional de reaccionar? Seguramente, esto te dará pistas para mejorar, te proporcionará una visión externa que completará a la que tú ya tienes.
- Reconoce e identifica cuál es el sentimiento o la emoción que has percibido. De esta forma, evitarás la confusión emocional y podrás actuar sobre la situación con un mejor enfoque.
- Incrementa tu vocabulario emocional, es importante dominar un léxico lo más concreto posible para definir exactamente cómo nos sentimos.
¿Quieres mejorar tu inteligencia emocional?