¿Conoces los mitos del amor romántico? En torno al concepto del amor se han creado mitos y desarrollado creencias erróneas que, tradicionalmente, se han compartido por nuestra sociedad e incluso se han aceptado como verdaderas.
¿Se puede ser feliz sin tener pareja? ¿Existe tu media naranja? ¿Dónde hay celos hay amor? ¿Los polos opuestos se atraen? Estas son solo algunas de las cuestiones que pueden llegar a lastrar o destrozar una relación.
Todos estos lugares comunes, lejos de ayudar a fortalecer los vínculos, influyen en nuestras conductas y nos generan angustia emocional.
7 mitos del amor romántico que hay que derribar
El amor no es omnipotente
Se tiende a pensar que el amor, por sí mismo, acaba arreglando cualquier problema de pareja. Pero esto no es cierto. A pesar del amor “en bruto” que puedas sentir por una persona, ese amor hay que pulirlo, canalizarlo, analizar qué aspectos de la relación no funcionan o necesitan mejorar, si esa pareja te aporta o te perjudica. Siguiendo esta idea de que “el amor todo lo puede” podemos encadenarnos a relaciones tóxicas que nos generan sufrimiento, algo muy pernicioso.Encuentra tu media naranja
Una persona no es la mitad de algo. Todos somos seres humanos completos y únicos. Puedes tener muchas ganas de compartir tu vida con alguien, de disfrutar de una compañía sentimental sana, pero no puedes asumir que eres un ser incompleto y que necesitas a otra persona para completarte. Nadie debe completarte, sino, más bien, complementarte.
El mito de la media naranja nos aboca a una búsqueda ansiosa que puede afectar a nuestra conducta. Además, supone que solo hay una persona de la que te puedas enamorar a lo largo de tu vida, idea desacertada donde las haya, como tantísimos casos han demostrado.
Necesitas una pareja para ser feliz
¿De verdad? Así nos lo han transmitido cuentos, películas, novelas románticas, revistas del corazón… y tal vez te lo has creído. Lo cierto es muchas personas se plantean tener pareja como un objetivo indispensable. Sin embargo, una persona sola puede vivir de forma completa y plena. En cualquier caso, este debería ser el primer objetivo: aprender a ser feliz la persona por sí sola y no esperar que la felicidad llegue a través de una relación. ¿Quieres tener pareja? ¡Adelante!, pero lo primero es tener claro que no puedes hacer que tu felicidad dependa de ella.El amor y la pasión son inseparables
Existe el mito de que las relaciones sexuales tienen que acompañar siempre al amor, con gran intensidad, frecuencia y satisfacción. Sin embargo, una relación de pareja puede atravesar diferentes fases, que afectarán también a su vida sexual. La fase de enamoramiento suele ser la más activa sexualmente. Después, acostumbramos a estar más calmados, se entra en otra dinámica, puede haber altibajos, periodos de reactivación, etc.
Donde hay celos hay amor
Una idea nefasta y cada día más obsoleta, pero que muchas personas hemos escuchado a lo largo de nuestra vida. Sentir celos es un sentimiento natural, que las personas debemos aprender a gestionar. Pero los celos en pareja no tienen nada que ver con el amor, sino con las inseguridades de la persona celosa.
Los polos opuestos se atraen
Es otra idea muy extendida, pero dos personas tan opuestas difícilmente van a encajar. En realidad, compartir valores es lo que favorece el entendimiento y puede consolidar una relación de una forma constructiva. La atracción por el polo opuesto puede significar un deseo de querer cubrir las propias carencias personales con la ingenua idea de componer “la pareja ideal”. Pero, lo repetimos, las personas no están incompletas.El mito de que solo puede atraerte tu pareja
Está también muy cimentado por las novelas rosa, pero cada día se derrumba un poco más este mito. Puede llevar implícito el miedo al abandono si eso ocurre. Pero sentir atracción por otras personas es algo muy normal, nadie debe sentirse culpable. Y la atracción es solo eso, no tiene por qué implicar necesariamente nada más. A partir de ahí, cada pareja se regula y se organiza como mejor le parece: pueden optar de mutuo acuerdo por la exclusividad sexual o por una relación abierta, entre otras opciones.
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