Sentirse poco querido en una relación es una sensación que cualquier persona puede experimentar. No obstante, es más propia de relaciones largas a las que la rutina y el aburrimiento pueden hacer mella.
A todo el mundo le gusta sentirse querido. No percibir ese afecto puede estar relacionado con la actuación de la pareja o factores externos, pero también con problemas internos de la misma persona afectada que van más allá de la relación.
Algunas señales de alerta
- Inviertes mucha más energía que tu pareja y llevas el peso de la relación en casi todos los aspectos.
- Tu vida sexual se ha alterado.
- Tu pareja no inicia los encuentros sexuales ni los momentos de intimidad.
- Has percibido desinterés por el contacto físico.
- Has notado desinterés por compartir el tiempo contigo.
- No reconoce tus logros.
- No te sientes escuchada.
Causas y desencadenantes de ese sentimiento
Existen diferentes razones que te pueden llevar a sentirte no querido. Algunas se refieren directamente a ti mismo más allá de la relación. Por ejemplo:
- Celos
- Inseguridad
- Incompatibilidad sexual
- Traumas no resueltos
- Experiencias anteriores de rechazo por parte de la pareja
Sin embargo, hay otros motivos centrados totalmente en tu pareja, ya que puede parecer que ya no te quiere cuando, en realidad, se trata de otro problema que afecta a su vida y que le impide expresar el cariño. Por ejemplo:
- Estrés
- Ansiedad
- Depresión
- Baja libido
- Problemas de autoestima
- Problemas de apego
- Mala racha en el trabajo
- Agotamiento mental o físico
¿Cómo resolver esta situación?
¿Qué puedes hacer para encontrar una solución a este problema? Ya hemos visto que las causas pueden ser diversas y provenir de distintas fuentes.
Reflexiona sobre el sentimiento de no sentirte querido en relación contigo mismo
¿Puede ser que tus celos, tus sentimientos de inseguridad u otros problemas personales estén interfiriendo en tu relación de pareja? Es momento de reflexionar para tratar de aislar la causa e intentar buscar una solución.
¿Te valoras a ti mismo?
Tal vez estás buscando en tu pareja esa valoración que tú mismo no eres capaz de procurarte. Lo primero es valorarte tú a ti mismo, tener clara tu independencia emocional, sin necesidad de intentar acaparar toda la atención de tu pareja. También debes ser capaz de reconocer tus logros, evitando una autoexigencia desmedida. La salud de vuestra relación depende también de que cada uno de los miembros sea capaz de quererse.
Habla con tu pareja
No se trata de culpar, atacar ni reprochar, sino de tener una conversación sobre lo que sientes, sobre cómo percibís el problema cada uno (si es que las dos partes lo perciben), y cómo os sentís los dos al respecto.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de interés por su parte, si esta existe? ¿Creéis que hay algo que podáis hacer para resolverlo? Podéis intentar mejoras en la comunicación, dedicar más tiempo a estar juntos, etc. Todo lo que se os ocurra para mejorar la relación.
Mantener viva la pasión
Las relaciones a largo plazo suelen tornarse más aburridas y menos excitantes. Es importante renovar la energía romántica y sexual. Volver a salir juntos, cenar en un restaurante romántico, preparar una cena especial en casa, probar cosas nuevas en vuestra vida sexual, detalles especiales que puedan insuflar intensidad a vuestra vida íntima.
¿Y cuándo acudir a terapia de pareja?
Si la reflexión propia y la conversación con tu pareja no han ayudado a mejorar la situación, la solución puede venir de la mano de la terapia de pareja. Bien sea para volver a encauzar vuestra relación o para tomar la decisión de separarse.
Puedes solicitar cita previa para tratamiento aquí.