Introducción
Sentir nervios antes de un examen que tenga cierta relevancia para nuestro futuro académico o profesional es algo normal e incluso puede resultar adaptativo. No obstante, si la ansiedad llega a resultar desbordante o abrumadora, estaríamos entrando en una situación de desregulación emocional que podría dificultar tanto el estudio como la propia ejecución de la prueba.
Se estima que entre un 15 y un 25% de los estudiantes españoles pueden sufrir elevados niveles de ansiedad ante los exámenes. Considerando que ello puede afectar al rendimiento académico, no es descabellado pensar que parte del porcentaje de fracaso escolar podría deberse a elevados niveles de ansiedad.
Si la preparación de los estudiantes se centra exclusivamente en la parte académica, puede resultar insuficiente para las situaciones de envergadura como los exámenes de acceso universitario u oposiciones. Además de adquirir buenos hábitos de estudio, es necesario aprender estrategias de regulación de emociones de forma tridimensional, a nivel físico, cognitivo y conducta.
Causas
Una de las razones que puede llevar a sentir un nivel exagerado de ansiedad, puede haber sido el tener experiencias previas de bloqueo ante un examen o incapacidad de recordar con solvencia las respuestas aprendidas.
Se pueden dar excesivos pensamientos anticipatorios de catástrofe o preocupaciones exageradas, que invaliden a su mente en el esfuerzo de poder evitarlos y concentrarse en el estudio. Si los recursos de la persona son exclusivamente racionales, por mucho que se quiera bloquear un pensamiento a través de más pensamiento, el resultado será siempre infructuoso y generará mayor ansiedad si cabe.
También pueden haberse dado aprendizajes afectivos deficientes, en los que los niveles de exigencia hacia el estudio pueden haber sido autoritarios, obteniendo afectos en virtud de sus éxitos académicos. Por lo que si la persona falla, o cree que puede fallar, la presión aumenta en la repercusión familiar generando una mayor ansiedad.
Sintomatología
- Nivel fisiológico: tensión muscular, taquicardia, sudoración, hormigueos, dolor abdominal, gases, nauseas, sequedad de boca, etc.
- Nivel cognitivo: bloqueo mental (“quedarse en blanco”), incapacidad de toma de decisiones, dificultades de lectura y comprensión, limitaciones a la hora de organizar el pensamiento o recordar palabras o conceptos.
- Nivel emocional: inquietud, irascibilidad, desesperación , frustración, enfado, etc.
Tratamiento
- Conocer en profundidad a la ansiedad, conceptualizándola de forma adecuada y reconociendo su manifestación concreta en la propia persona.
- Repaso de las experiencias ansiógenas previas, para detectar las propias respuestas fisiológicas, cognitivas y motoras, primero de forma general en la vida de la persona y luego de forma concreta en las situaciones vinculadas a examen.
- Aprendizaje de técnicas de afrontamiento adecuadas y estrategias de regulación de emociones que permitan reducir la ansiedad a niveles manejables paulatinamente hasta convertirse en adaptativa.
- Adquisición de técnicas de estudio efectivas, así como hábitos de estudio adecuados, con el objetivo de reducir al máximo la respuesta de la ansiedad durante el estudio y la ejecución de los exámenes.
- Afrontamiento de exámenes o pruebas que por su malestar hayan sido evitados en el paso, de forma progresiva y ajustada a las posibilidades de la persona.