Introducción
El acto de comer es para algunas personas un verdadero sufrimiento que por su frecuencia diaria puede llegar a generar un alto nivel de malestar. Todos hemos podido tener alguna vez la desagradable experiencia de atragantarnos, sin embargo, para las personas que padecen esta fobia, cada comida pues suponer un suplicio ya que anticipan la posibilidad de sufrirlo cada día.
A diferencia de los trastornos alimenticios, este miedo es irracional y genera en la persona la sensación de que su garganta se estrechara a la hora de comer. De forma aproximada, un 6% de las consultas de otorrinolaringología se refieren a las dificultades para tragar, pero la mitad de ellas no padecen ninguna dificultad orgánica, y el origen es eminentemente psicológico, clasificado como una fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad.
La tendencia a padecer este problema, puede acarrear otras dificultades como pérdida de peso, falta de nutrientes, inseguridad o miedo a morir, entre otros. Cabe destacar las dificultades de relación social, ya que la comida es un acto que tiende a compartirse y la persona evita exponerse ante los demás por miedo a ser juzgada.
La sensación de sequedad de garganta o dificultades para tragar es un síntoma fisiológico muy característico de la ansiedad y es por ello, que cuando la persona pasa por situaciones de mayor estrés o tiende a sufrir más estados de ansiedad, el problema se incrementa.
Mencionar que además de con la comida, hay personas que desarrollan esta fobia con la ingesta de pastillas
Causas
Las causas son particulares en cada caso, pero en la mayoría de ocasiones puede haberse producido a partir de un evento traumático en que la persona pudo tener un atragantamiento.
Además, como ocurre con otros trastornos de ansiedad, la fobia puede haberse desarrollado como un aprendizaje si en el entorno familiar, los padres tienden a estar especialmente preocupados por el atragantamiento, minando la seguridad de la persona con conductas sobreprotectoras sobre ella.
Por último, podría desarrollarse la fobia al haber observado alguna circunstancia traumática como el atragantamiento de otra persona causando su muerte o padecimiento grave, desarrollando un miedo extremo como testigo.
Síntomas
A nivel físico, la ansiedad puede producir sequedad de boca, tensión en los músculos de la garganta, sudoración excesiva, taquicardias, respiración agitada como una respuesta condicionada ante el acto de comer, que al causar angustia durante el mismo, puede tender a agravar los propios síntomas.
A nivel cognitivo, la persona tiende a anticipar las dificultades que va a tener a la hora de comer, preparando a la persona para evitar el acto de comer por miedo a poder tener una dificultad con el atragantamiento. La persona tiende a desesperarse en su intento de solución y puede desarrollar un alto nivel de inseguridad, mermando su autoestima.
A nivel conductual, la persona puede evitar comer, seleccionar sólo ciertos alimentos que considere que “no le darán problemas”, comer solo/a o con personas de su estricta confianza y evitar entornos sociales en los que se vaya a compartir la comida.
Tratamiento
Si la persona ha padecido una situación traumática que le ha generado el problema, sería necesario intervenir sobre ella con técnicas de procesamiento de trauma como SHEC, EMDR, etc.
Es necesario que la persona aprenda estrategias de manejo de la ansiedad física como estrategias de relajación o técnicas de meditación o mindfulness. De cara a acercarse a la sintomatología fisiológica y aprender a regularla.
Necesita manejar los pensamientos anticipatorios que constantemente asaltan a la persona por la frecuencia del acto de comer y que pueden generar una verdadera obsesión.
Por último, exponerse gradualmente al problema, en tiempos y tipos de alimento o pastilla.