Un brote psicótico es una crisis mental en la que la persona experimenta una pérdida de contacto con la realidad, manifestando síntomas como delirios, alucinaciones, pensamientos desorganizados y comportamientos extraños. En estas situaciones es fundamental saber cómo actuar de manera adecuada para brindar apoyo y asistencia a la persona que atraviesa la crisis. A continuación, se presentan 8 pautas y pasos a seguir ante un brote psicótico.

1. Mantén la calma y la seguridad

Ante un brote psicótico es crucial mantener la calma y mostrar seguridad en tus acciones y palabras. La persona que está experimentando la crisis puede sentirse confundida, asustada o agresiva, por lo que es importante transmitir tranquilidad y evitar reaccionar de manera brusca o impulsiva.

Consejos prácticos:

  • Respira profundamente para mantenerte sereno y centrado.
  • Habla de manera tranquila y con un tono de voz suave.
  • Evita gestos bruscos o amenazantes que puedan aumentar la ansiedad de la persona.

2. Busca ayuda profesional

Ante un brote psicótico, es fundamental buscar ayuda profesional lo antes posible. Llama a servicios de emergencia, como servicios de salud mental, la policía o el SAMU, para que puedan intervenir de manera adecuada y brindar la asistencia necesaria.

Consejos prácticos:

  • Proporciona información clara y precisa sobre la situación al profesional de salud que atienda la llamada.
  • Solicita asistencia médica especializada para evaluar y tratar la crisis psicótica.
  • Colabora con el personal sanitario para facilitar su labor y garantizar la seguridad de la persona afectada.

3. Establece límites claros

Es importante establecer límites claros y firmes en la interacción con la persona que está atravesando un brote psicótico. Estos límites ayudarán a mantener la seguridad y el control de la situación, evitando comportamientos que puedan poner en riesgo la integridad física o emocional de ambos.

Consejos prácticos:

  • Establece reglas simples y directas sobre lo que está permitido y lo que no lo está durante la crisis.
  • Evita discutir o negociar con la persona en pleno brote psicótico, ya que puede resultar contraproducente.
  • Protege tu propia seguridad si la persona presenta signos de agresividad o violencia, manteniendo una distancia segura.

4. Escucha activamente

Escuchar activamente a la persona que está viviendo un brote psicótico es fundamental para comprender su experiencia y sus necesidades en ese momento. La empatía y la comprensión pueden contribuir a tranquilizar a la persona y establecer un vínculo de confianza en medio de la crisis.

Consejos prácticos:

  • Demuestra interés genuino por lo que la persona está viviendo, sin juzgar ni cuestionar sus experiencias.
  • Valora los sentimientos y emociones que la persona exprese durante el brote psicótico, brindándole un espacio seguro para expresarse.
  • Valida sus experiencias sin reforzar los delirios o las alucinaciones, manteniendo un equilibrio entre el respeto y la realidad objetiva.

5. Proporciona apoyo emocional

Ofrecer apoyo emocional durante un brote psicótico puede marcar la diferencia en el proceso de recuperación de la persona afectada. La contención emocional, el afecto y la compasión pueden ayudar a disminuir la angustia y el miedo que acompañan a la crisis psicótica.

Consejos prácticos:

  • Transmite a la persona tu apoyo incondicional y tu disposición para acompañarla en ese momento difícil.
  • Valida sus emociones y sentimientos, reconociendo la intensidad de su experiencia sin minimizarla ni dramatizarla.
  • Ofrece consuelo y contención afectiva a través de gestos de cariño, como abrazos o palabras de aliento.

6. Estimula la conexión con la realidad

En un brote psicótico, la persona puede perder contacto con la realidad y tener dificultades para distinguir entre lo verdadero y lo imaginario. Por ello, es importante estimular la conexión con la realidad de manera gradual y respetuosa, para favorecer la orientación y la claridad mental.

Consejos prácticos:

  • Plantea preguntas sencillas y concretas que permitan a la persona enfocarse en aspectos objetivos de su entorno.
  • Utiliza ejemplos concretos y experiencias compartidas para reforzar la percepción de la realidad de la persona.
  • Orienta a la persona hacia actividades básicas de la vida diaria para reforzar su conexión con el aquí y el ahora.

7. Garantiza la seguridad y el bienestar

La seguridad y el bienestar tanto de la persona que experimenta el brote psicótico como de quienes le rodean deben ser una prioridad durante la crisis. Es fundamental tomar medidas para proteger a todos los involucrados y prevenir situaciones de riesgo o peligro.

Consejos prácticos:

  • Elimina objetos o elementos que puedan representar un peligro para la persona en crisis, como objetos cortantes o sustancias peligrosas.
  • Proporciona un entorno seguro y tranquilo para reducir la estimulación excesiva y promover la estabilidad emocional.
  • Revisa la situación regularmente para identificar posibles riesgos o señales de alerta que requieran intervención inmediata.

8. Facilita el acceso a la ayuda profesional continua

Una vez que la crisis psicótica ha sido controlada, es fundamental facilitar el acceso de la persona a la ayuda profesional continua, tanto para estabilizar su estado de salud mental como para prevenir futuros brotes. El seguimiento y el tratamiento especializado son clave para garantizar una recuperación efectiva.

Consejos prácticos:

  • Brinda información sobre recursos y servicios de salud mental disponibles para la persona, como centros de atención psicológica o programas de rehabilitación psicosocial.
  • Acompaña a la persona en el proceso de buscar ayuda profesional y en la adherencia al tratamiento recomendado por los especialistas.
  • Establece un plan de seguimiento y apoyo continuo para garantizar que la persona reciba la atención necesaria durante su proceso de recuperación.

En conclusión, actuar de manera adecuada ante un brote psicótico requiere comprensión, empatía y profesionalismo. Siguiendo estas pautas y pasos sugeridos, es posible brindar apoyo efectivo a la persona que atraviesa la crisis, promoviendo su bienestar emocional y su recuperación. Recuerda siempre priorizar la seguridad y el respeto en todo momento, tanto para la persona en crisis como para ti mismo. ¡Juntos podemos enfrentar y superar los desafíos de la salud mental!