El amor es un concepto que abarca una amplia variedad de experiencias, desde el amor romántico hasta el amor parental, pasando por el amor hacia la naturaleza. Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Aalto ha permitido entender mejor cómo el cerebro procesa estos diferentes tipos de amor, revelando que distintas áreas cerebrales se activan según el tipo de vínculo afectivo.
El estudio: Cómo se activan las áreas cerebrales
Los investigadores realizaron escaneos mediante resonancia magnética funcional (RMf) a 55 padres, quienes participaron en el estudio relatando situaciones que evocaban seis tipos distintos de amor. Entre estos tipos se incluían el amor romántico, el amor hacia los hijos, amigos, mascotas, extraños y la naturaleza. Según Pärttyli Rinne, coordinador del estudio, se observó una activación intensa en el sistema de recompensa del cerebro, particularmente en el estriado durante el amor parental.
Las áreas activadas durante el amor incluían los núcleos basales, la línea media de la frente, el precúneo y la unión témporo-parietal. Curiosamente, el amor hacia los hijos fue el que generó una mayor activación, seguido de cerca por el amor romántico.
El amor hacia los hijos y el amor romántico
Uno de los hallazgos más significativos fue que el amor hacia los hijos activaba regiones profundas del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa. Esta activación no se presentó en ningún otro tipo de amor, lo que sugiere que el vínculo parental es una de las formas más intensas de amor en términos cerebrales.
El amor romántico, aunque también activa el sistema de recompensa, no tiene la misma intensidad de activación en las mismas áreas que el amor parental. Sin embargo, sigue siendo una de las formas de amor que más actividad cerebral genera.
El amor hacia los animales y la naturaleza
El estudio reveló que el amor hacia las mascotas también activa áreas cerebrales, pero de una forma diferente. Los dueños de mascotas mostraron una activación notable en áreas asociadas con la socialización, algo que no se observó en quienes no poseían mascotas. En cuanto al amor hacia la naturaleza, este activaba principalmente el sistema de recompensa y las áreas visuales del cerebro, pero no las áreas relacionadas con la cognición social, como ocurre con el amor hacia otras personas.
Conclusiones del estudio
Este estudio, publicado en la revista Cerebral Cortex por Tiina Aulanko-Jokirinne y Sarah Hudson, el 26 de agosto de 2024, representa un avance importante en la comprensión del amor y sus diferentes manifestaciones en el cerebro. Los investigadores concluyeron que, aunque todas las formas de amor interpersonal activan áreas relacionadas con la cognición social, las diferencias en la intensidad de la activación pueden variar dependiendo del tipo de amor y la cercanía del vínculo.
Además, este tipo de investigación puede tener aplicaciones en intervenciones de salud mental, especialmente en trastornos relacionados con el apego y las relaciones interpersonales.