¿Has oído hablar del guion de vida? ¿Tienes la sensación de que hay cosas en tu vida que siempre se repiten bajo el mismo patrón? ¿Te parece que tu vida se rige de acuerdo con un esquema prefijado, algo así como si representaras un papel en una película?
¿Qué es el guion de vida?
El psiquiatra canadiense Eric Berne planteó el concepto de guion de vida para explicar determinados patrones de conducta que las personas siguen desde su infancia. Se trata de decisiones que calan en el individuo de forma inconsciente desde los primeros años de vida y que le llevan a actuar de acuerdo con esos patrones determinados, como si estuviera representando un papel.
Dichas decisiones se adoptan para obtener la aprobación y aceptación, para sentirse queridos por sus padres o las figuras de autoridad más relevantes. Están basadas en normas, frases o consejos formulados por los padres, que los niños han escuchado de forma repetida y que han influido de forma determinante en su desarrollo emocional. La elaboración del guion de vida queda conformada sobre los 7 años, aproximadamente.
La interpretación literal de las frases de los mayores que se realiza en la infancia es la que va formando el guion. En ese momento de la vida el niño no las puede racionalizar, matizar o relativizar, ya que su desarrollo psíquico todavía no se lo permite. Esa literalidad y la necesidad de aceptación llevan a la asunción de patrones de conducta poco flexibles.
No obstante, el guion de vida no tiene por qué determinar a la persona, puede ser modificado por esta con el paso de los años.
El guion de vida es una de las bases del Análisis Transaccional, una terapia creada por el propio Berne, enfocada hacia el crecimiento y el cambio personal.
¿Cuáles son los guiones de vida más frecuentes?
Algunos de los guiones de vida más habituales, basados en mensajes o mandatos de los padres, son los siguientes:
- “No falles”: es el clásico guion de personas que han crecido con padres excesivamente exigentes. No se permiten fallar ni toleran los fallos de los demás.
- “No crezcas”: personas adultas que son infantiles, debido a una sobreprotección exagerada durante su infancia. Son personas inmaduras, a las que les cuesta mucho asumir responsabilidades.
- “No seas niño”: el polo opuesto al anterior. Niños que han sido excesivamente responsabilizados. Puede originarse por biografías concretas en las que el niño ha tenido que hacerse cargo de responsabilidades impropias de su nivel de desarrollo (cuidado de enfermos, etc.). No han podido crecer con la alegría y la curiosidad propia de su edad.
- “No muestres debilidad”: son personas a las que de pequeñas no se les ha permitido mostrarse vulnerables y han crecido con sus emociones reprimidas.
- “No pertenezcas”: niños que escucharon muchas veces lo diferentes que eran y que terminan por ser adultos con problemas para establecer vínculos profundos por miedo a ser rechazados.
¿Cómo modificar el guion de vida?
Afortunadamente, este guion prestablecido puede cambiar, siempre y cuando la persona sea consciente de sus propios deseos y de su propia voluntad. Es un cambio que requiere valentía y que no se pueda asumir de la noche a la mañana, sino que se producirá de manera gradual.
El descubrimiento de esos patrones rígidos que conforman el guion de vida proporciona una interesante ocasión para generar cambios enriquecedores de cara al futuro.
A través de la terapia del guion de vida podemos cuestionarlo, renunciar a esos mandatos internos que ya no necesitamos, que nos benefician o no son constructivos para nuestro desarrollo personal.
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